Como nunca antes en la historia las mujeres disputan la presidencia de México con serias posibilidades de que una de ellas la obtenga. Y por primera vez los hombres como candidatos van en segundos lugares, según las encuestas, aunque no según las preferencias de los ciudadanos. Y también por primera vez saldrá a relucir quiénes se saltan la cerca recurriendo a procedimientos vedados con tal de obtener la candidatura, si los hombres o las mujeres.
Claudia Sheinbaum, en la candidata a la presidencia por el partido Morena, el oficial; Xóchitl Gálvez, del PAN, que acaba de dejar atrás por descontón a Beatriz Paredes, del PRI, cuyo dirigente le cantó faul antes de tiempo, son las finalistas en el hándicap de la sucesión presidencial. Además, se acaban de sumar con aspirantes a la candidatura dos mujeres más: la senadora por Nuevo León, Indira Kempis, y la embajadora Patricia Mercado. Ambas han dicho que les gustaría competir por el partido Movimiento Ciudadano.
Mujeres. Mujeres. Mujeres. Pero Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano hasta la fecha no se ha pronunciado al respecto y sigue con la intención de convencer a Samuel García, Gobernador de Nuevo León, a que sea el candidato, una vez que Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, se bajó de la contienda y del partido naranja. La carta peor es nada pudiera ser Luis Donaldo Colosio, alcalde de Monterrey, que lo único que tiene es el nombre.
Hasta el día de hoy la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, quien no puede quitar su rostro de palo, es la mejor posicionada. Y según información reciente es seguida, en un movimiento sorpresivo por Adán López, quien ha desplazado a un tercer lugar a Marcelo Ebrad. Mientras, Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio Opositor, agarra vuelo. Los números no mienten y Claudia cuenta con una holgada ventaja sobre sus competidores, de su mismo partido y de la oposición.
Según el último censo de población las mujeres conforman el 50% de la población. Eso podría explicar la participación de la mujer en asuntos antes vedados, pero no hay un indicador que lo demuestre, al contrario, la mitad de ese porcentaje de mujeres no vota. Otro segmento importante de población es el de jóvenes. El 30% de la población mexicana está conformada por jóvenes, pero de ese porcentaje solo vota el 13%. O sea, las mujeres políticas y en particular las candidatas no han llegado a sus puestos por el apoyo de las mujeres y los jóvenes sino por los manejos políticos, por ser institucionales, por disciplina a los grupos de poder y por el desempeño en sus puestos.
En Nuevo León las cosas están canteadas a favor de Claudia pero solo por los militantes y simpatizantes de Morena, que no son muchos. Y por Abel Guerra y Clara Luz Flores, dirigentes encubiertos del partido, capaces de abandonar el barco si no son favorecidos. Ellos quieren sus posiciones y ya. Al grueso de la población no le atrae Claudia ni Morena. Por lo tanto, es tierra de Xóchitl quien contará con el apoyo de los empresarios. Y eso se ha reflejado en la escasa participación de la ciudadanía en las encuestas de Morena para designar su candidato a la presidencia.
Pero los candidatos hombres de Morena hacen su máximo esfuerzo para obtener la nominación. Si bien Adán López ha avanzado y se coloca a solo 3 puntos de diferencia de Claudia, Marcelo Ebrad ha bajado al tercer lugar. En un país caracterizado por el machismo y el falocentrismo, México, ¿podrá ser escuchada la voz de una mujer y se acatarán las decisiones que tome desde la cúpula del poder en caso de ganar?