Frontera norte y crisis migratoria

La creciente e incontenible oleada migratoria que se registra en el país nos tiene sentados en una bomba de tiempo

Esos flujos humanos venidos de Centro y Suramérica, y ahora también de África, nos sitúan a nada de una crisis humanitaria de seguridad y salud, cuyo agravamiento podría ser catastrófico si a la media noche de hoy viernes y madrugada de mañana sábado, cierra el gobierno de Estados Unidos.

¿Cómo que cierra?, preguntará usted. Pues sí, nuestro vecino del norte está obligado cada año a que su Congreso actualice y apruebe la ley de financiamiento del gobierno y el plazo vence el 30 de septiembre.

Si no hay acuerdo ni aprobación de una mayoría republicana, el gobierno del demócrata Joe Biden detendrá muchas de sus operaciones, entre otras las de las estaciones de retención migratoria. ¿Se imagina usted el caos en esos confinamientos llenos de migrantes hombres, mujeres y niños, sin el personal requerido para atenderlos?

Las autoridades migratorias estadounidenses han detenido en lo que va del año a 1.6 millones de migrantes. La oleada se intensificó durante los últimos tres meses y de seguir así el número de detenidos en 2023 superaría a los dos millones y medio de 2022.

Pero esta, sin embargo, es solamente una cara de la misma moneda. La otra tiene que ver con los intercambios comerciales entre México y Estados Unidos, afectados gravemente a consecuencia de las medidas tomadas para frenar el flujo migrante. Las pérdidas ya son multimillonarias.

Y es que el gobierno estadounidense decidió cerrar los principales cruces fronterizos ante la oleada de miles y miles de personas que llegan a esos puntos desde el sur del continente y recientemente desde África, sin que el gobierno mexicano haya logrado contenerla.

El valor de la mercancía retenida en la frontera por esa decisión es de mil 485 millones de dólares (26.3 mil millones de pesos al tipo de cambio actual), de acuerdo con datos de la región norte de Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR).

Por Ciudad Juárez, por ejemplo, pasa diariamente un promedio de tres mil 700 exportaciones. Con el cierre del Puente de las América que conecta a esa localidad chihuahuense con El Paso, Texas, esa cifra disminuyó a dos mil 600 exportaciones al día. Hay mil 300 exportaciones atoradas, sin poder pasar.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) estima por su parte, pérdidas de 35 millones de dólares diarios tan solo en ese puente fronterizo, al no procesar la carga de cientos de camiones que salen con la producción terminada de muchas fábricas de la zona y de las que ahora se han instalado mediante el exitoso "nearshoring".

El cierre de esos cruces fronterizos fue una medida impuesta desde el pasado 18 de septiembre por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y el Departamento de Seguridad Pública de Texas, al estimar que tan solo ese día se contabilizaban en Ciudad Juárez entre doce mil 14 mil migrantes en situación de calle, cuyas necesidades humanitarias son atendidas mayormente por la comunidad de esa localidad fronteriza.

La medida obliga a las empresas a recorrer mayores distancias, triplicando el costo del transporte. Los transportistas de Chihuahua buscan cruzar sus mercancías ahora por Nogales, Sonora o por Nuevo Laredo, Tamaulipas. Los sectores más afectados son el farmacéutico, el automotor, el de la salud y el de electrónica.

A nivel nacional, el sector del autotransporte de carga moviliza 548.1 millones de toneladas de carga al año, lo que representa el 83.3% del valor total de las importaciones y exportaciones de México con Estados Unidos y un valor equivalente al 3.5% del PIB.

El foco rojo de esta alarmante situación lo encendió el pasado miércoles 19 de septiembre Ferromex, del Grupo México al anunciar que se veía obligado a detener sesenta trenes en rutas hacia el norte del país, equivalentes a la capacidad de mil 800 camiones, ante el "notable incremento de personas migrantes concentradas en diversas regiones del país y el severo riesgo que representa para su integridad" la utilización de trenes de carga para moverse hacia la frontera norte.

Los datos aportados por Ferromex son dolorosos: sobre los carros del ferrocarril y en el patio de operaciones ferroviarias de Torreón, Coahuila, se encuentran más de mil 500 personas; en Irapuato, Guanajuato, más de 800; en San Francisco de los Romo, Aguascalientes, alrededor de mil; y en la ruta entre Chihuahua y Ciudad Juárez, más de mil personas.

Para ellos y para el intercambio de mercancías, la delincuencia organizada y la inseguridad aumentan los riesgos. Aquí le compartía estos datos en entregas pasadas: 17 mil 475 asaltos al autotransporte de carga se cometieron en la red carretera nacional durante el primer trimestre del año, a razón de 194 diarios o, dicho de otra manera, ocho cada hora. A esa cifra llegamos si se considera que el Sistema Nacional de Seguridad Pública registró tres mil 495 delitos de ese tipo (dos mil 372 del fuero común y mil 123 del fuero federal), pero que de uno denunciado cinco no lo son. De cualquier modo, los oficialmente denunciados implican un aumento de casi diez por ciento en relación con el mismo período del año pasado.

Un dato más que dimensiona la inseguridad que prevalece en los caminos nacionales: son 54 mil las vacantes que hay en estos momentos de operadores del transporte de carga. Esto quiere decir que casi 4% de una flotilla compuesta por un millón y medio de unidades, está sin choferes que por miedo a la inseguridad no se contratan.