Es, dentro de lo que cabe, necesario, un ajuste a las tarifas del transporte público, al menos es mi percepción.
Todo modelo de negocio necesita ser rentable si se busca que sea de calidad; el transporte público lo es.
Y creo también que, si se le dijera a la gente que es necesario, lo entendería y aceptaría. Claro, tendría que hablársele de frente y hacer concesiones, esto es, que el ajuste no sea tan de porrazo que nos deje como usuarios, en la indefensión.
Dentro de estas concesiones debería también el considerarse mantener el pago en efectivo; no se vale que se diga que es para mayor control, para elevar la eficacia del servicio y para capacitar a los choferes. Esa historia ya se ha contado muchas veces y nomás no ha pasado nada.
Si las tarifas se han mantenido fijas desde hace mucho tiempo, es porque los actores, empresarios y gobierno, no han sabido conciliar entre ellos y como consecuencia, hay menos unidades del transporte en circulación, se suprimió el climatizado en las unidades y para rematar, por esta circunstancia, cada vez hay más vehículos particulares.
Dentro de esta historia, habla mal, pero realmente mal, que carente de humildad, el Ejecutivo no haya asomado la nariz y un frío comunicado a través de redes sociales sea una pobre respuesta.
Me causan cierto enojo algunos comentarios vertidos por aquí y por allá, por personas que se burlaron del pequeño movimiento ciudadano con el cual se bloqueó la avenida Juárez.
Les parecía poca cosa; y quizá tengan razón. Pero es esa falta de unidad entre los ciudadanos, la que es aprovechada por las instancias de gobierno para imponernos una cosa tras otra.
¿Qué hay muchos que han salido a "defendernos"? Sí, pero muchos de esos que hoy se declaran en contra del tarifazo, son los mismos que han solicitado al Congreso aumentar el impuesto predial, así que mientras critican el alza al transporte, ellos mismos están dispuestos a recetarnos otro aumento a vuelta de año.
O nos movemos o comemos, dijo algún alcalde; yo añadiría: o nos movemos, o pagamos la casa, o pagamos los servicios, o comemos.
Este 2024 prácticamente se ha consumido y el 2025 llegará con sus propias broncas, empezando por la muy conocida cuesta de enero, que en Nuevo León nos la van recetando con dos meses de antelación.
Se suponía que el pasado 5 de noviembre comenzaría una consulta sobre el transporte público por parte del Instituto de Movilidad ¿qué fin habrá tenido? ¿la suspendieron? Digo, porque con este regalo de "homologación", como lo llaman las autoridades estatales, ¿les habrán quedado ganas de escuchar (si es que lo escuchan) el enojo ciudadano?
¿Se convocará finalmente al Consejo del Transporte para sesionar y al menos cubrir el proceso como debió ser desde el inicio? ¿Hablará o no el Ejecutivo al respecto? ¿O preferirá seguir abriendo más frentes de obras que no sabemos si se van o no a concluir? ¿el transporte será el único aumento o qué otras sorpresas nos esperan antes de cerrar el año?
Si como dice el Ejecutivo esto es #PorTodoNL ojalá que esta lluvia de preguntas encuentre respuestas que satisfagan y por supuesto, beneficien, a todos los usuarios.