Segurísima estoy que más de una vez habrá escuchado que la esperanza es lo último que muere. El problema es ¿hasta cuándo mantener viva esa esperanza? Y si la esperanza finalmente muere ¿qué sigue? Difícil responder, creo, pues tras la pérdida de fe y esperanza todo se pone confuso, gris, llega el escepticismo, la apatía. Volver a creer no es sencillo.
Mucha gente harta de las fuerzas políticas de siempre voltea sus ojos a "nuevos" actores, cuando estos, parece, ofrecen nuevos y atractivos proyectos. La historia reciente está llena de estos ejemplos.
La reelección municipal, que otrora parecía la mejor medicina para la continuidad de proyectos y obras, se va desdibujando, como la confianza y fe de aquellos que, a través de un voto, dieron su confianza a alguien.
Vemos lejanía del político hacia el ciudadano, vemos a todos aquellos que antes sonrientes a todo decían "sí" a la sociedad, hoy le dan la espalda y no les dejan hablar y sufren, por ejemplo, los estragos de recientes fenómenos meteorológicos.
Y quizá ni a Veracruz ni a Puebla llegue la ayuda en una semana, pero la cercanía paliaría en mucho, lo que vive el ciudadano, se sentiría acompañado, pero pareciera que esto no sucederá. Y a quien sí quiere ayudar, como es el caso de René Omar Jaén que llevaba un cargamento para los damnificados ¡y lo asaltan!
Lo vemos en otras latitudes: Bolivia le puso un alto categórico a la izquierda y confía que Rodrigo Paz haga un mejor papel y saque al país de la crisis que atraviesa.
En Oriente Medio, Israel, pese a una tregua pactada, Israel sigue atacando a Gaza y miles siguen sin agua ni alimentos; y otros miles más pierden la vida. Complicado mantener la esperanza en Netanyahu, cuando dice una cosa, pero hace otra.
A nivel local no se cantan mal las rancheras, pero la lectura es y seguirá siendo la misma: el presente trienio ha avanzado un año, quedan dos años más de lo mismo –usted decide si para bien o para mal.
El 2027, que hoy parece lejos, no lo está tanto. Aún hay cosas por definir en el panorama político, por ejemplo, en el tema de la paridad y del nepotismo ¿qué triunfará?
Quiero pensar que más temprano que tarde el ciudadano emitirá su castigo a quien no cumplió la expectativa de cada promesa incumplida y que si en el 2027 prevalece el nepotismo, cada votante analice y se atreva a decir "no" a quienes representen esta figura.
El ciudadano necesita creer en sus representantes populares y para ello necesita hechos, no meras palabras; reclama ser escuchado y tomado en cuenta en la implementación de políticas públicas que se traduzcan en bienestar.
Por ahora lo que nos queda es ver cómo se siguen conduciendo nuestros políticos y ojalá que así como hoy está en juego la paridad y el nepotismo, se pusieran sobre la mesa las herramientas legales para retirar del poder a quien claramente el puesto le queda grande.