Estos son tiempos agitados para todos los actores políticos del país. Para el oficialismo, inmerso en un proceso interno para definir a su candidata o candidato presidencial, son tiempos intensos y, por decir lo menos, inciertos, porque hoy contestar a la pregunta de quién será el ganador de la encuesta y por lo tanto el candidato o candidata de Morena a la Presidencia de la República es algo aún poco claro. Si bien la mayoría de las encuestas apuntan a Claudia Sheinbaum como la favorita para la nominación presidencial del partido gobernante, nadie puede afirmar que la estafeta del relevo de la 4T recaerá en la doctora que es vista como la pupila y candidata favorita de AMLO o en el hermano Adán Augusto López y el, no tan hermano, pero compañero Marcelo Ebrard Casaubon.
Incluso si la pregunta tiene que ver con el candidato de la alianza o Frente Amplio Opositor por México, y quién será su abanderada o abanderado a la elección de presidente en el 2024, los pronósticos aún podrían variar entre el diputado Santiago Creel, el priista Enrique de la Madrid y la cada vez más popular y viral Xóchitl Gálvez. Por eso es importante estar atentos a los procesos internos de cada partido y a las definiciones que tomen los aspirantes y procedimientos internos por los que se definirá la boleta electoral por la que votaremos los electores en junio de 2024.
Y en ese sentido es importante y definitorio lo que suceda tanto en Morena como en el Frente Amplio por México que definirán de aquí al mes de septiembre al candidato o candidata que los represente en la votación presidencial del 2024. Porque ese es otro elemento de incertidumbre democrática: saber si el candidato o candidata a la Presidencia de la República será hombre o mujer, lo cual, de ser abanderadas del sexo femenino, tanto por el partido gobernante como por la alianza opositotora, representará mun hecho y una contienda electoral histórica para la democracia mexicana, que por primera vez se debatiría entre dos mujeres para ocupar la Presidencia de la República.
Y en todo ese contexto es importante saber lo que pasa en las definiciones no sólo del partido gobernante y de la coalición y frente opositor, sino también en otras fuerzas políticas que inciden en la democracia y la representación democrática de la República. Y ese es justo el caso de Movimiento Ciudadano de Dante Delgado y de las posibilidades que tiene esa fuerza política para figurar en el escenario político nacional en el que, ese partido, ha venido creciendo y permeando en estados clave del panorama político nacional.
Y ahí vienen datos interesantes sobre el reciente desprendimiento o ruptura del PRI Nacional en el que cuatro senadores de la República, Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila, Claudia Ruiz Massieu y Nuvia Mayorga, renunciaron esta semana a su militancia priista y a su pertenencia a la bancada tricolor en el Senado, para declararse "senadores independientes" o sin partido para transitar en el Senado de la República. Pero como es predecible, cada uno de los senadores, ahora expriistas, traen definida una ruta de a dónde transitarán, tras renunciar a su militancia de décadas en el viejo partido, y las nuevas ideologías o partidos que cada uno de ellos abrazará en su futuro político.
Por ejemplo, se menciona en los pasillos del Senado que Miguel Ángel Osorio Chong, el líder de este rompimiento, irá a militar en las filas del PAN, donde le espera una candidatura plurinominal a diputado federal, ya negociada con los líderes y cúpulas del partido de los verdes; también se habla de que Eruviel Ávila, exgobernador del Estado de México, terminará siendo candidato del PVEM a la Cámara de Diputados, al igual que Nuvia Mayorga, la actual senadora expriista y que podría incluso aspirar a la reelección como senadora por el PVEM que la postuló en alianza con el PRI en 2018.
Pero de lo cuatro senadores ex priistas que renunciaron esta semana a su militancia en el viejo partido, el caso más interesante es, sin duda, de la senadora Claudia Ruiz Massieu. La sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari e hija de José Francisco Ruiz Massieu encontrará cabida en Movimiento Ciudadano, el partido de Dante Delgado, que habiendo sido gran amigo del asesinado José Francisco y cercano también a Salinas de Gortari, acogería a Claudia como candidata a la Cámara de Diputados.
El problema es que, al filtrarse la información de la llegada de Claudia Ruiz Massieu a MC, el actual alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del excandidato priista asesinado en 1994, le llamó a Dante Delgado para decirle que, si él aceptaba a Ruiz Massieu como emecista o candidata a diputada, él, Luis Donaldo Colosio Junior renunciaría automáticamente a su militancia dentro de Movimiento Ciudadano.
No se sabe aún cuál será la valoración de Dante Delgado y si cederá ante el chantaje del niño Colosio, pero lo que sí se sabe es que Movimiento Ciudadano, habiendo sido un partido que anunció que definirá su candidato presidencial hasta diciembre del 2023, parece que empieza a presionarse entre postular a un candidato propio, como pudieran ser los candidatos Samuel García, de Nuevo León, y Enrique Alfaro, de Jalisco, o esperar a que Marcelo Ebrard de Morena defina si se cumplen las reglas de la contienda morenista o si renuncia a su militancia dentro del morenismo y de la 4T de López Obrador.
En todo caso, lo que va quedando claro en esta sucesión adelantada y atípica, es que no hay aún nada para nadie, ni en el partido gobernante, en donde aún faltan dos meses de campaña en los que cualquiera de los aspirantes podría sorprender, ni en la alianza o Frente Opositor, en donde, más allá de los pronósticos del presidente López Obrador sobre la candidatura de Xóchitl Gálvez, aún tiene que definirse la contienda interna entre varios aspirantes del PRI, PAN y PRD. Y si en las dos principales fuerzas políticas no puede aún asegurarse quién será el candidato o candidata, mucho menos en MC donde la incertidumbre es aún mayor.