Donald Trump puso en práctica en Brasil su curso “Cómo golpear a la democracia para conservar el poder populista autoritario”, originalmente lanzado el 6 de enero del 2021 en el Capitolio en Washington, para evitar que el Colegio Electoral declarara vencedor a Biden.
El curso fracasó en EU, pero Jair Bolsonaro lo tropicalizó para Brasil. El presidente derrotado viajó a Florida a fin de estar muy cerca de su maestro en Mar-A-Lago. Desde allá lo lanzó el pasado 8 de enero cuando una turba violenta muy parecida a la del Capitolio, atacó la sede de los tres poderes en Brasilia, en un intento de golpe de Estado contra el presidente constitucional Lula de Silva.
El curso consta de varios módulos:
1) Organizar no un partido, sino un movimiento de masas con un grupo incondicional de seguidores idólatras del líder;
2) Alimentar una cultura de odio para difundirse entre el electorado, basada en una selección arbitraria de los males del país y señalando a un culpable de los mismos (al igual que Hitler lo hizo con la diáspora judía). Así se polariza a la sociedad entre los malos, defensores del status quo y los buenos, salvadores de la patria que luchan por ella.
3) Buscar el poder por la vía democrática y una vez instalado en él, iniciar un proceso corrosivo de desmantelamiento institucional al interior de la democracia.
4) Desacreditar al sistema electoral, y difundir la mentira de un fraude ante la posibilidad de perder las elecciones.
5) En caso de perder la elección, deberá desconocerse el resultado, y jamás reconocer al triunfador, incluso abstenerse de asistir a su toma de posesión (Trump no fue a la de Biden ni Bolsonaro a la de Lula).
6) Dirigir a una turba radical de golpeadores, para atacar las sedes de los poderes constitucionales (Capitolio en Estados Unidos y Congreso, Presidencia y Corte en Brasil), causando todo tipo de destrozos. No importa si hay muertos o heridos en el brutal asalto.
El profesor y ejecutor estrella del curso es Steve Bannon, exestratega de Trump, despedido de la Casa Blanca, encarcelado y multado por desacato a un citatorio del Senado, y su principal alumno, es Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair.
En un evento de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC por su acrónimo), asociación de EU con sede en Maryland, celebrado en el hotel Westin de Santa Fe en México el 18 y 19 de noviembre pasado, en el que participó la crema y nata de la ultraderecha, entre ellos Santiago Abascal (Vox), Bannon alertó sobre un supuesto fraude electoral en Brasil y dijo: “El pueblo brasileño debería luchar como lo hizo el estadounidense tras la derrota electoral”. Acusó al presidente Lula de “delincuente trasnacional” y llamó a los golpistas “luchadores por la libertad”. Idéntico formato empleó para el asalto al Capitolio cuando aseguró que “sería un infierno”.
En Brasil el curso golpista también fracasó, pero no deja de ser preocupante su exportación a otros países. ¿Acaso fue casualidad la reunión de la CPAC en México?; ¿se tiene en la mira la elección de 2024?
Docente/investigador en la UNAM