Detenerse

No es que nos acostumbremos hasta llegar a la indiferencia.

No es que nos acostumbremos hasta llegar a la indiferencia. No es que no veamos la gravedad del escenario internacional, no es que aceptemos unas elecciones del Poder Judicial sin orden y sentido. No es que no entendamos la trascendencia del problema. Lo que pasa es que no nos hemos detenido a reflexionar.

En solo un mes hemos removido derechos que se habían establecido en favor de las y los mexicanos, se prohibió la siembra de maíz genéticamente modificado, le permitimos al director del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) que dispusiera del dinero privado de los trabajadores ahorradores y presenciamos una tómbola para decidir quiénes podrían ser electos como nuestros jueces y ministros.

Aun así, no hemos acabado, seguimos con reformas a la Constitución. De hecho, mañana se discutirá en la Cámara de Diputados la minuta aprobada en el Senado de la República en relación con la prohibición de la reelección para legisladores y con la prohibición del nepotismo. La importancia de la reelección de diputados y senadores radica en que es fundamental tener un contrapeso al Poder Ejecutivo. Ahora bien, los morenistas acompañaron tramposamente dicha prohibición con la del nepotismo que era un "mensaje" para que funcionarios de Morena dejaran de colocar a familias completas en la administración pública. Quiero decir que no es comparable un tema con otro y, sin embargo, se votará indebidamente en paquete.

La rapidez con las que se deciden las cosas está promovida para que no podamos ni siquiera pensar bien en el daño que ocasionan. Sin embargo, tenemos que aprender a detenernos y pensar. Lo tenemos que hacer quienes pertenecemos a la oposición, los ciudadanos y, desde luego, lo debe hacer el gobierno.

En estos días, más allá de las reformas, tenemos que detenernos para decidir, por ejemplo, si vamos o no a participar en las elecciones a miembros del Poder Judicial. Es decir, nos tenemos que preguntar qué sentido podemos dar a la participación para las próximas elecciones judiciales. Qué es lo que prefiere o beneficia a un gobierno autoritario y populista ¿que la sociedad trate de organizarse y participe o que se quede enojada en su casa?

Quiero ir más allá de lo que es la coyuntura de una elección. Estoy convencida de que tenemos que trabajar en la reflexión. Deberíamos preguntarnos por qué un gobierno y una sociedad creen que el poder tiene sólo los límites del número de militantes o de integrantes de una cámara para tomar decisiones. ¿No habrá otros límites? Basta con decir que se ganaron las elecciones para que nos resignemos, que el pueblo decidió ese día electoral y que, en consecuencia, les "regalamos" el país.

México ganaría mucho si nos exigiéramos una obligada reflexión. Si seguimos evadiendo dicha reflexión generaremos cada vez más rencor y odio. Y si dejamos que esto pase, llegará un momento en que parezca imposible detenerse a pensar.

@Mzavalagc