Detallito
"Como si fuesen tan sencillos los trámites"
Yomero
Voy de acuerdo en reconocer a personajes destacados de nuestra comunidad o la historia imponiendo sus nombres a calles o avenidas, el problema es que al hacerlo quienes viven o tienen sus negocios ahí enfrentar una serie importante de contratiempos en los que nadie les ayuda.
Muy bonito y a todo dar cambiarle el nombre a la Calzada San Pedro por el de Mauricio Fernández, pero, ¿cuántos negocios tendrán que ir a solicitar una cita al SAT para hacer un cambio de domicilio sin cambiarse? ¿Cuántas personas deberán reponer su credencial del INE para tener una dirección actualizada?
Ya hoy con los formatos digitales no es tanto problema, pero antaño, esa determinación provocaba que muchas empresas tuviesen que tirar a la basura cientos o miles de hojas de papel membretado, facturas, recibos y demás, que tenían impresa su dirección, para colocarles el nuevo domicilio.
Importante perpetuar el recuerdo de una figura pública como Mauricio con una avenida con su nombre, pero más importante aún sería el que las autoridades municipales tuviesen conciencia y empatía con los afectados facilitando trámites para completar la tarea.
Porque la decisión se toma detrás de un escritorio de un plumazo y un grupito de selectos determina que procede, pero eso implica no solamente la reposición de todos los señalamientos viales ubicados en la avenida, sino los gravísimos problemas que provocan a la ciudadanía.
Hubiese sido ideal que antes de que se aventaran el trompo a la uña, Mauricio Farah y sus regidores hubiesen levantado un censo y con él coordinar con la Secretaría de Hacienda los cambios de domicilio de todas las direcciones fiscales en la avenida, es un esquema de un gobierno facilitador.
Pero no, le dejan la chamba al ciudadano y ahora sí, ve y flétate buscando una cita para ver a qué horas te la ponen y ya cuando la tengan que te pidan un comprobante de domicilio con la nueva dirección, misma que no tienes porque los recibos con la nueva dirección no hay llegado aún, de manera que debes esperar.
El problema de fondo no es que los funcionarios no sepan los alcances de sus decisiones, el punto está en que no cuentan con equipos capacitados para hacerles ver que sus determinaciones implican molestias, retrasos, costos, vueltas, pérdida de tiempo, dejar de trabajar y atender situaciones, mientras ellos siguen en la comodidad de su oficina con el clima artificial.
Suena muy bonito, muy orondo, muy pomposo y lucidor el cambiarle de nombre a la avenida y posar con un letrero para la foto, pero sería millones de veces más útil el facilitarle la vida a los ciudadanos por la consecuencia de su lucimiento.
Después de todo, para eso están, ¿o no?