El Día de los Muertos es una festividad única y rica en significado que destaca la relación de México con la muerte, la importancia de honrar a los seres queridos fallecidos y la celebración de la vida.
A través de sus elementos simbólicos, esta festividad fomenta la reflexión, la unidad familiar y la preservación de la cultura mexicana, más allá de las fronteras nacionales para convertirse en un fenómeno globalmente reconocido.
Su influencia en el arte y la cultura demuestra su relevancia y duradera importancia en el mundo contemporáneo.
En el Congreso del Estado, a través de un Altar de Muertos, honramos la vida ejemplar de una mujer y dos hombres. La primera, María de los Ángeles Reyes Salas, Angie, simpatizante y férrea militante de su querido Revolucionario Institucional, del cual formaba parte.
Colaboró con personajes de renombre como los ex gobernadores Jorge Treviño y Sócrates Rizzo; así como Senadores y Diputados, quienes depositaron su confianza por su excelente trato con la gente.
Aquí, en su segunda casa, el Congreso, auxilió en el Grupo Legislativo del PRI, participó activamente en el Archivo y Biblioteca y por último en el Grupo Legislativo del Verde Ecologista.
Siempre se caracterizó por ser una persona incomparablemente servicial, siempre dando su mejor cara y excelentes resultados. En el Congreso es sabido que ciudadanos llegaban preguntando primeramente por ella, al ser el enlace confiable y eficiente para responder a sus peticiones.
Y de ellos, Jesús Gómez Reyes y Ricardo Flores Suarez, ambos abogados jóvenes que abrazaron los ideales del PAN y eligieron el servicio público como el instrumento que permitiera aterrizar sus beneficios en la sociedad.
El primero, Chuy, amantes de las tradiciones, los caballos, música y comida de la vida del campo, encarnó fielmente al hombre norestense que contribuyó a forjar este estado.
Franco, entrón y directo, y sí, muchas veces atrabancado, pero siempre leal en su actuar, sabedor del valor que tiene la palabra empeñada.
El segundo, Cubi, como ciudadano fue intenso promotor del deporte entre la niñez y jóvenes, y como diputado federal, férreo defensor de los derechos de los más vulnerables principalmente los adultos mayores.
En su paso por el Poder Legislativo, fue co-artífice en lograr más de cuatro mil amparos que permitieron que menores de 18 años fuerAN vacunados durante la pandemia que azotó el país en el año de 2020, obligando así a que las autoridades sanitarias federales consintieran a extender la vacunación a este grupo que había sido excluido inicialmente.
Parafraseando las palabras de Nelson Mandela, quien decía que cuando un hombre o una mujer han hecho lo que consideran su deber para con su pueblo y su país, pueden descansar en Paz. Que así sea.