Creer en las víctimas

En las redes de silencios y complicidades quienes se atreven a levantar la voz son los que son señalados

Existe un principio que consiste en creer en las denuncias de las victimas y cuando es una institución del estado la señalada esta tendrá que comprobar su inocencia.

Sin embargo, en nuestro estado a las víctimas se les niega ese derecho tan simple. Es más, no se quiere investigar. Aún peor se les pide no decir nada, no hablar, si son empleados se les despide, si son vulnerables se les asusta.

Desde hace mucho tiempo se habla de la "cultura de la denuncia", pero como podría existir tal cultura si cuando alguien habla, escribe o denuncia se le ve como el enemigo a vencer. Porque ¡como es posible que alguien quiera denunciar!

En las redes de silencios y complicidades quienes se atreven a levantar la voz son los que son señalados. En nuestro país tenemos que combatir la impunidad, pero ¿como podríamos? si en primer lugar no se permite denunciar. Si la denuncia es un chiste para las personas poderosas.

Nadie quiere perder su empleo, más cuando su familia depende de ello, pero no es justo elegir entre conservar el empleo o la dignidad.

Hoy diez de mayo, platicando con mi mamá recordaba que una ocasión mi papá me dijo: ¡Ay ya cállate! y yo siendo una niña de seis años le respondí: ¿papá porque quieres que me calle si Diosito me dió boca para hablar?.

Dios, Pachamama o lo que sea en lo que ustedes crean nos da más que una boca, nos da un corazón, raciocinio, empatía, amor al prójimo. Y con todo los que nos da Dios cómo podríamos permitir abusos y callar. Creo que eso sí sería pecado, eso sí sería ofender a quien nos dió la posibilidad de defender a quienes lo necesitan. Todos necesitamos de todos, pero hay quienes nos necesitan más. Si de alguna forma Dios te regaló una voz y a otros se las negó, lo justo es ponerla a disposición de esas personas.

La cultura de la denuncia es lo que mejora las sociedades y nos permite ser humanos, y no actuar como animales. Aunque algunos animales son incluso más empáticos que ciertos humanos. Combatir la impunidad empieza forzosamente con la posibilidad de denunciar, por mi parte soy muy respetuosa de la valentía de quienes denuncian. Conmigo cuentan siempre.