Compromiso

La maquinaria que libera pasos, retira deslaves y árboles caídos, que mueve escombro, no aparece de la nada, es parte de la labor callada que realiza la CMIC

"No sólo hay que indignarse hace falta también comprometerse"

Stéphane Hessel

Hay acciones que las condiciones y circunstancias de un momento dado opacan al grado de no conocerse de forma masiva, pero que sin embargo son dignas de reconocimiento y deberían ser retomadas por los medios de comunicación y las redes sociales para darles públicamente su exacta dimensión.

Para nuestra fortuna existen en nuestro entorno organizaciones verdaderamente comprometidas con su comunidad, que de manera callada realizan labores y tareas que no les son suficientemente reconocidas.

Tal es el caso de los empresarios que forman parte de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, delegación Nuevo León, que desde horas antes de que arribaran a la ciudad las lluvias de la tormenta tropical "Alberto" pusieron en alera a su Comité de Contingencias, preparando personal y equipo para apoyar a la ciudadanía en problemas.

La maquinaria pesada que se utiliza en la construcción de obras es un elemento vital al momento de rescates, salvamentos y la habilitación de infraestructura dañada en desastres; son equipos especializados que no cualquiera maneja y para ello los constructores organizados ponen a disposición de la autoridad, en infinidad de puntos de la metrópoli y otras zonas del estado, lo necesario para enfrentar los problemas.

Y lo hacen asumiendo los costos y riesgos de operar en condiciones adversas, sin ningún pago a cambio y con su propio personal, elementos que, dicho sea de paso, también deben ser objeto de nuestro aplauso por su valor y entrega.

La maquinaria que libera pasos, retira deslaves y árboles caídos, que mueve escombro, no aparece de la nada, es parte de esta labor callada que realizan los miembros de la CMIC.

Pero no sólo eso, días antes de la instalación de este comité, la CMIC Nuevo León firmó un convenio con la Agencia de Administración Penitenciaria de nuestro estado para capacitar a las personas que se reintegrarán a la sociedad o que ya lo hicieron, con el objetivo de propiciar que los ex internos puedan tener una vida productiva fuera de los Centros de Reinserción Social.

Con el acuerdo, tanto personas que están purgando una condena como las que ya salieron en libertad, pueden acceder a cursos que los capaciten en la operación de maquinaria y en oficios como albañilería y soldadura, además de incluirlos en la bolsa de trabajo de la CMIC Nuevo León para que puedan encontrar una oportunidad laboral.

Dice un dicho que "las buenas noticias no son noticia", pero lo cierto es que un esfuerzo de esta magnitud debe ser ampliamente difundido y reconocido por la sociedad.

Pocas organizaciones se abren de esta manera para colaborar en la reinserción social de quienes han purgado una condena y les brindan la oportunidad de aprender un oficio y conseguir un empleo digno.

Vaya desde aquí nuestro aplauso y agradecimiento a los constructores de Nuevo León y su presidente, Roberto Macías, por esta importantísima labor que demuestra su alto y profundo  compromiso social.