Unid@s, conjunto de organizaciones que dicen operar para la ciudadanía y cuyo verdadero titiritero es desde la derecha extrema el empresario y activista Claudio X. González Guajardo, puso la tarima el lunes pasado para lo que propagandísticamente se nos vendió como el primer desfile de prospectos para una candidatura presidencial única desde la oposición.
Convocó a once bajo la divisa de "Unidad y gobiernos de coalición", pasarela que, por lo ahí visto y oído, resultó una decepción, un fiasco sin propuestas viables que solamente mostró la imposibilidad objetiva, por lo menos hasta ahora, de juntar al agua con el aceite y la falta de alguien, con los tamaños y convocatoria, para disputar la Presidencia de la República a quien resulte el abanderado de Morena, que es decir de AMLO.
Y a uno, mal pensado que es, no le parece remoto que Claudio haya echado a los leones a esos once prospectos en una especie de emboscada política, para evidenciar su inviabilidad y desde ahí construir su candidatura presidencial, la que tendría todo el apoyo económico y político de los grandes empresarios del país (Consejo Mexicano de Negocios) que, por cierto, lo han financiado en su plataforma "Mexicanos contra la Corrupción" y ahora en la organización "Sí por México".
Claudio los exhibió no solamente por su pequeñez sino por su pasado.
Los prospectos del PRD: el exgobernador de Michoacán Silvano Aureoles, de quien apenas se recuerda el ridículo que hizo sentado afuera de Palacio Nacional en espera de que AMLO lo recibiera; y el exjefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, quien traicionó a quienes lo llevaron al poder (Ebrard y López Obrador) y cuyos operadores hicieron millonarios negocios inconfesables.
Los del PAN: la vociferante Lilly Téllez, reina de la diatriba, llevada al Senado por Morena y la 4T y ahora su furibunda crítica; Santiago Creel, cuyo momento pasó cuando no pudo como secretario de Gobernación de Fox obtener la candidatura presidencial blanquiazul; Juan Carlos Romero Hicks, quien no atinó a hacer alguna propuesta sustancial en su turno por la pasarela; y Demetrio Sodi, antes perredista y priista, invitado, según dicen los que saben, por la rémora del perredismo, Guadalupe Acosta Naranjo.
Los del PRI, casi todos protagonistas del corrimiento del tricolor hacia la derecha, a un ladito del PAN, en la implantación del modelo neoliberal de país: Enrique de la Madrid; José Ángel Gurría, el vendedor de empresas públicas más grande del mundo y atinadamente apodado "el ángel de la dependencia"; Claudia Ruiz Massieu con severo tufo a salinismo y Beatriz Paredes, de la ya muy vieja guardia del otrora partidazo.
Y desde la patronal, su exdirigente Gustavo de Hoyos, conocido ahora como el Bukele mexicano por su afán de emular al presidente salvadoreño y convertir al país en una gigantesca cárcel.
Lo famélico de esa caballada aliancista abrió la puerta a todo tipo de delirios oportunistas.
Es el caso del dirigente nacional del PRI, "Alito" Moreno, quien se ceba en los once prospectos y comenta a quienes quieren oírlo que su desempeño fue patético y que nadie mejor que él para buscar la candidatura presidencial de unidad.
Incluso, según nos enteramos en su círculo cercano, "Alito" ya prepara su relevo en el PRI y no es Rubén Moreira como todos lo supondrían. Enfila hacia la posición a un incondicional, a su paisano y alter ego Pablo Angulo, una especie de "Alito" chiquito, un "Alitito". Pronto veremos.
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