Cínicos y mediocres

Ahora, sin el menor asomo de pudor, juran y perjuran encarnar los valores y principios del partido naranja

Con aquel desparpajo, con aquella cosa, como si no fuera nada o fuera todo, muchos candidatos de Movimiento Ciudadano a puestos de elección popular no son de ese partido sino del PRI y del PAN en su mayoría. Es decir. carecen por completo de una compatibilidad con los principios políticos que postula dicho partido. 

    Algunos de ellos, como Enrique Barrios, estoy seguro de que ni han leído la declaración de principios del partido al cual dicen representar. Y digo Enrique Barrios porque también estoy casi seguro de que no sabe leer. Nunca ha leído un libro en su vida. y se le nota por lo sangrón, petulante e hipócrita. Y lo transa, por supuesto, como cuando estuvo al frente de Tránsito Monterrey cuando era panista de hueso azul. Hasta lo levantaron. 

    Y así, en una ristra variopinta que ni el mejor geomorfólogo logra ubicar se encuentran: Héctor García, PRI; María Thalina Almaraz, PRI: Rodolfo Ambriz, PAN; Enrique Barrios, PAN; Zolia Barrón, PRI; Miguel Dávila, Independiente; Oscar Flores, PAN; Miguel Angel García, PAN; Rosendo Garza, PRI; Marco González, PRI; Felipe de Jesús Hernández, PT; Jorge Luis Hinojosa Ruiz, PAN; Paola Linares, PAN; Baltazar Martínez Ríos, PAN; José Javier Martínez, PAN: Eugenio Montiel Amoroso, PRI; Perfecto Agustín Reyes, PRI; Alfonso Robledo, PAN; Agueda Ale Valdez, PRI.    

    Ahora, sin el menor asomo de pudor, juran y perjuran encarnar los valores y principios del partido naranja, cuando hicieron lo mismo en sus anteriores partidos. Algunos ni siquiera han renunciado. Es terrible, pues su patrimonio lo hicieron cuando militaban con otros colores. Entonces, como fueron así son y así serán. Y ninguno de ellos se ha distinguido por alguna acción en pro de la ciudadanía. Ni por abonar en la construcción de una mejor sociedad.  

    Los candidatos que buscan la reelección como diputados locales, ahora sí sin distingo de partido, se han caracterizado, como diputados, por el ausentismo, por dejar tareas sin resolver, por cero propuestas o modificaciones de ley y por obstaculizar las medidas y proyectos del poder ejecutivo. Si llegan, los que lleguen, harán lo mismo. En otras palabras, seguirán burlándose de la ciudadanía, seguirán engordando su billetera y se la pasarán como si estuvieran becados por alguna institución nada clara. 

    Y la democracia ¿qué es eso? ¿Y la solución de los problemas de sus distritos? No han hecho, por ejemplo, alguna modificación a la ley respectiva para que se sancione a la autoridad por haber hecho mal el trabajo de pavimentación que propicia los baches. Y así hay otros malestares sociales que agobian a los ciudadanos. Y a poco Alfonso Robledo va a meter las manos por ellos. Ni pensarlo.   

       

    Pero no solo en Movimiento Ciudadano se cuecen habas. También en otros partidos, aunque en menor porcentaje. Y es ingrato que suceda en Morena. El caso más escandaloso fue el de Tomás Montoya, el hijo de Cristina Díaz, prísta de hueso colorado, alcaldesa por segunda vez de Guadalupe por el PRI. Quería colocar a su hijo, militante del PRI, como candidato a la alcaldía de Guadalupe por Morena. Y están Arturo Benavides, Mario Soto. Y el otro caso escandaloso, Clara Luz Flores, quien no comparte para nada el ideario de Andrés Manuel López Obrador ni de Morena

    Habrase visto.