Cierra Chiapas el sexenio en descomposición, como un estado atrapado por la inseguridad, con un gobernador que pasó de noche y que nunca supo entender la diversidad social y cultural de su gente.
La ausencia y las omisiones de Rutilio Escandón complicaron no sólo los añejos conflictos sociales de la entidad del sureste mexicano, sino que cedieron el paso a la delincuencia para que tuviera presencia en todas las regiones de la entidad.
Chicomuselo, La Grandeza, Motozintla y Frontera Comalapa son municipios de la fronteriza región Sierra, que han estado bajo el fuego del crimen organizado, que ha obligado a familias y comunidades a huir en desplazamientos masivos para salvar la vida.
Y a esa violencia criminal del narcotráfico se ha sumado la de los conflictos sociales con saldos fatales en comunidades como Tila, Chenalhó y Pantelhó donde en los últimos días fueron emboscados por un grupo armado los indígenas Ramiro Ruiz y Tomás Hernández.
Tila es otro ejemplo de la descomposición agravada por la inacción del gobernador Escandón. Su desconocimiento de la realidad chiapaneca y la indefendible ausencia de una estrategia para conciliar entre los grupos enfrentados no sólo mantiene un estado permanente de tensión, sino que ha propiciado que ésta escale a asesinatos como el de José Rodrigo Martínez Parcero, uno de los desplazados que fue levantado en Yajalón, municipio a donde se había ido a refugiar junto con su familia.
Ante la falta de un respaldo real garante de la protección de la gente en el desgobierno de Rutilo Escandón, los desplazados chiapanecos han expresado su temor a regresar a la comunidad de Tila, pues los matones andan libres y podrían volver a enderezar sus ataques contra mujeres, niños y hombres una vez se retiren los elementos de la Guardia Nacional desplegados en la zona.
La seguridad en las zonas rurales del estado es nula, por lo que durante los últimos años Chiapas, con Escandón y su desgobierno, no realizó ninguna obra de infraestructura en los municipios alejados, pues además de no haber recursos para su construcción, ninguna empresa quiere desplazarse hacia ellos para no exponer a sus trabajadores y evitar extorsiones.
En los seis años del primer gobierno morenista en el estado, Rutilio Escandón ha empujado a Chiapas a lo que parece ser un callejón sin salida en medio de un clamor generalizado de seguridad.
Instantánea:
¿HABRÁ RETRIBUCIÓN? Víctor Hugo Romo, candidato morenista ganador a una diputación del Congreso de la CDMX, está en espera de señales procedentes de la casa de transición de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum. Nos dicen que aún no ha llegado la confirmación de su eventual liderazgo de la mayoría de Morena en la legislatura capitalina. Pero tal desempeño poco relevante políticamente si, como parece, la diputación guinda y sus aliados quedarán a sólo un asiento de completar la mayoría calificada. Romo, por lo tanto, espera jugar un papel más protagónico en el equipo de gobierno. Y no es para menos, pues nadie como el exjefe delegacional en la Miguel Hidalgo trajo corta y a raya a Xóchitl Gálvez, al documentar sus presuntos hechos de tráfico de influencias como el de los contratos entregados a empresas de su propiedad durante su gestión como servidora pública, así como la compra a precio de ganga de la "Casa Roja" de las Lomas.