Carta a un narcotraficante

Mire señor narco, yo creo en su bondad y por eso le reitero mi política de abrazarlo y no incomodarlo

Señor narcotraficante:

Me dirijo a usted respetuosamente para pedirle que "se porte bien", para que así "no haya violencia, no haya homicidios, no haya agresiones, porque se afecta a todos".

A usted le digo señor, que le reconozco por respetar nuestros retenes y nuestras brigadas de Bienestar. No importa si mi gobierno es el más violento de la historia de México, pues llevamos un récord de asesinatos, registrando, de diciembre del 2018, cuando llegue al poder, al pasado 24 de mayo del 2023, 156 mil 136 asesinatos.

Si bien estos homicidios y crímenes no empezaron en mi gobierno, sino que son una "mala herencia", es verdad que la oferta de abrazos a criminales y balazos a las familias, no tiene precedente.

Yo a ustedes, las bandas criminales, les reitero que no voy a modificar mi política de seguridad, aunque se burlen de la frase: "abrazos no balazos"; porque mi gobierno no enfrenta "la violencia con la violencia, el mal con el mal".

De ustedes jamás hablaré mal en una mañanera, aunque sí lo haga de millones de ciudadanos, sobre todo, de quienes desprecio, a esos, los insulto con diversos adjetivos porque no me merecen respeto.

No se diga cuando se tratan de mis villanas y villanos favoritos, como la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña; periodistas como Carmen Aristegui, Ciro Gómez Leyva, Azucena Uresti, Joaquín López Dóriga, entre otros; intelectuales como Enrique Krauze; y algunos políticos de la oposición que no terminan por alinearse.

Mire señor narco, yo creo en su bondad y por eso le reitero mi política de abrazarlo y no incomodarlo, aunque usted trate a balazos a familias completas, reclute en sus filas a niñas, niños y adolescentes, extorsione, secuestre, desaparezca personas, practique tráfico de armas y trata de personas; produzca, distribuya y venda drogas, o robe gasolina y gas.

Para esté régimen, ustedes son "buenos ciudadanos", no como los niños con cáncer, o las madres trabajadoras que quieren estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, o todos los que se quedaron sin seguro popular, a esos también los desprecio.

Usted despreocúpese de que le pueda pasar algo, ustedes pueden andar por todo el territorio mexicano ejecutando, balaceando e intimidando cada municipio de este país sin problemas, ya lo dije antes, en mi gobierno "no me vengan con que la ley es la ley".

Es más, en una de esas podría negociar con ustedes la pacificación del país, pues la falta de Estado de derecho, legalidad, impunidad y de una estrategia de seguridad efectiva e integral, me permite dar ese paso y pedirles, a ustedes que ya se apoderaron de territorios completos y hoy los gobiernan con violencia y muerte, que sean mejores personas y me ayuden a construir paz. Esto jamás se lo pediría a las instituciones del Estado, porque uno de mis caprichos favoritos, es destruirlas.

Por eso en mi gobierno "cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos, es una política distinta, completamente distinta" a la que otros gobiernos tenían.

"Cómo vamos a querer que alguien pierda la vida, cómo vamos a estar en el fondo a favor de la ley del Talión, del que a hierro mata a hierro muere, y el ojo por ojo, lo decía Tolstoi nos vamos a quedar chimuelos todos o tuertos o ciegos", así lo he dicho en público y en privado señor narcotraficante.

Y no es "un desliz, no, fíjense que así pienso", por eso para ustedes la gloria, y para los millones de mexicanas y mexicanos el infierno.

Atentamente:

Ya saben quién