La vida humana, a diferencia de otros tipos de vida –hasta lo que sabemos– habita simultáneamente en dos tiempos: uno que comparte con las cosas, plantas y animales y otro muy diferente que se refiere al tiempo subjetivo, a la búsqueda-creación de un significado que le otorgue un fundamento singular a la propia existencia. Sin ese tiempo la vida humana pierde su rumbo y cae en el sin sentido. Contexto en el cual se producen una serie de problemáticas. Veamos algunas de ellas.
Las problemáticas que se pueden generar a partir de la ausencia o pérdida de un sentido singular de vida pueden ir desde vidas vacías sometidas al peso de la rutina, vivir por vivir, que funcionan en una especie de piloto automático, regreso a viejas formas de organización basadas en la vigilancia y el control (dictadura) moral, pasando por expresiones de verdadera esclavitud de un imperativo del “deber ser”: ¡debes sacrificarte! ¡debes ser feliz! y un largo etcétera, que se presentan como modelos culturales preexistentes, prefabricados, una especie de fastfood existencial lista para consumirse, que cada persona debe seguir a fin de ser aceptada en un cierto grupo social, hasta vidas que manifiestan una fuerte e imparable tendencia a la autodestrucción y la destrucción de lo circundante.
¿Cómo es que se encuentra-construye el sentido de vida? El sentido de vida no es algo que se reciba o encuentre, sino algo que se crea, reformula, explora...En cierta forma, no se elige, sino es algo (más fuerte que nosotros) que nos elige. Es decir, algo que se produce por efecto de una seducción y atracción, una inquietud, al punto de desear realizarlo, explorarlo, es un gusto al que no se puede renunciar, es algo que está más allá de un pasatiempo y se desea realizar en la vida, precisamente porque realiza la vida; y la existencia se va en eso, se realiza porque se crea algo y se coloca en el mundo para que circule y produzca efectos. Por ejemplo, uno de ellos, que más personas consiguen, a partir de esa expresión singular de un deseo de vida, buscar y plantear el propio.
La importancia del deseo de vida es fundamental para la existencia humana: las vidas humanas no se reducen a funcionar a través de la mera necesidad, sino que aspiran a realizarse a través de un deseo singular de vida que genera creatividad, algo que está en el corazón mismo del sentido, que busca ser realizado, ya que previamente habita en el horizonte de lo aún no dicho, realizado, explorado…y que pulsa desde otro lugar (el lugar de los anhelos y deseos) a la espera de ser conquistados.