Bicentenario de Nuevo León

Semper Ascendens más que una frase es la tendencia progresista. Significa la aspiración que mujeres y hombres de Nuevo León mantienen arraigada

     Del Nuevo Reyno de León (31 de mayo de 1579) al Estado Libre y Soberano (7 de mayo de 1824) transcurrieron 245 años y como Estado Unido Mexicano este año Nuevo León cumplió 199 años.

     

     Ascendiendo siempre ha sido la divisa a lo largo de 444 años. Semper Ascendens más que una frase es la tendencia progresista. Significa la aspiración que mujeres y hombres de Nuevo León mantienen arraigada.

     

     Valores como el trabajo y ser emprendedores identifican y unen a los nuevoleoneses, tanto como el Cerro de La Silla simboliza a Monterrey.

     

     La pujanza industrial y comercial del pueblo nuevoleonés son factores de progreso y bienestar, pero no se explica cómo padecemos aún pobreza y desigualdad, inseguridad y delincuencia, corrupción e impunidad.

     

     En vísperas del Bicentenario del Estado de Nuevo León, cuya organización preparan los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para mayo del 2024, cabe evocar varios pasajes de nuestra historia legislativa, en breve. 

     

     Tras consumarse la Independencia de México, el 28 de septiembre de 1821 se convoca a elecciones para integrar el Congreso Constituyente, el cual redacta la Constitución y establece la República representativa, popular y federal, conformada por 19 entidades. En el Congreso Mexicano desempeña un papel relevante el diputado provincial, Fray Servando Teresa de Mier.

     

     Un 7 de mayo de 1824 se expide el Decreto 45 que eleva al Nuevo Reyno de León ha Estado libre, soberano e independiente, el cual promulga el Presidente Vicente Guerrero hasta el 16 de mayo.

     

     Se lanza entonces la convocatoria para erigir el Primer Congreso Constituyente de Nuevo León y el 11 de julio de 1824 son electos los diputados José Francisco de Arroyo, José María Gutiérrez de Lara, Pedro Agustín Ballesteros, Cosme Aramberri, Juan Bautista de Arizpe, Rafael de Llano, José María Parás, Juan José de la Garza Treviño, Antonio Crespo, José Manuel Pérez y Pedro José de la Garza Valdés, quienes expiden la Primer Constitución Política del Estado el 5 de marzo de 1825 y eligen por sorteo al primer Gobernador, José María Parás, quien toma posesión el 15 de junio.

     

     Luego de la invasión norteamericana de 1846-47, a la VII Legislatura (1849-1852) se le considera el Segundo Congreso Constituyente por expedir una nueva Constitución el 29 de octubre de 1849. Destacan los diputados José Silvestre Aramberri, Domingo Martínez y Trinidad de la Garza Melo.

     

     La XI Legislatura (1857-1859) expide, el 4 de octubre de 1857, la Constitución Política de Nuevo León y Coahuila, por lo cual es el Tercer Congreso Constituyente. Entre los diputados sobresalen: Juan Zuazua, Evaristo Madero, Simón Blanco y Manuel P. de Llano. Era gobernador Santiago Vidaurri, quien anexó el estado de Coahuila a Nuevo León, en 1856. 

     

     Después de la invasión francesa y la caída del emperador Maximiliano, la XVII Legislatura (1873-1875) es el Cuarto Congreso Constituyente al expedir, el 23 de octubre de 1874, la Constitución Política Reformada. Entre sus integrantes figuran Jesús Treviño, Manuel D. Arteaga y José Eleuterio González, el "Dr. Gonzalitos", declarado como "Benemérito de Nuevo León" el 24 de octubre de 1873, un año antes de la muerte de don Benito Juárez.

     

     Apaciguada la Revolución Mexicana se instala la XXXVII Legislatura (1917-1919), que como Quinto Congreso Constituyente expide el 16 de diciembre de 1917 la Constitución Política el Estado, la número cinco en la historia de Nuevo León, homologada de la Constitución Política que promulgó el Congreso Constituyente el 5 de Febrero de 1917 en Querétaro.

     

     Cabe señalar que la LXVII Legislatura (1994-1997) es integrada por 42 diputados y por primera vez son electos legisladores del Partido del Trabajo. A partir de ahí los representantes del PT han impulsado iniciativas de ley y reformas de leyes en la búsqueda de resolver los problemas estructurales que aquejan a Nuevo León y de coadyuvar a la verdadera transformación.

     

     Por ello y ante el reto de lograr que la voluntad popular favorezca el retorno de la representación legislativa del Partido del Trabajo, lo hecho en el pasado y lo que hoy somos... no se compara con los cambios que logremos a futuro, mediante una profunda transformación social, política y económica, bajo la premisa de que por el bien de todos y todas, primero los pobres.