Banderas rojas de la dignidad feminista

Nadie que aspire a una sociedad justa puede dejar de lado las ignominias generadas por el patriarcado

Durante la jornada de lucha del pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres alzamos una sola voz en todo el mundo para exigir igualdad y equidad de derechos y, sobre todo, ¡respeto!

El 8M recordamos a las mujeres valientes que sacrificaron sus vidas para defender nuestros derechos y asumimos los desafíos de la lucha para lograr la igualdad de género y el pleno reconocimiento como mujeres, desde niñas hasta adultas, para vivir en una sociedad justa e igualitaria y derrocar el patriarcado, cuyo sistema de opresión hacia la mujer perpetúa la desigualdad.

 Nadie que aspire a una sociedad justa puede dejar de lado las ignominias generadas por el patriarcado, siendo por ello necesario su erradicación total para buscar la liberación y la justicia plenas.

     

     El feminismo, en su máxima expresión, es un movimiento que surge de la toma de conciencia sobre la opresión, la discriminación, la dominación y la explotación de que somos y hemos ido objeto las mujeres durante las distintas fases del modelo patriarcal y del sistema capitalista.

     

     La lucha que hemos venido dando desde el Siglo XIX, a partir de exigir nuestros derechos civiles a votar, a trabajar y a estudiar, nos ha permitido lograr importantes transformaciones sociales.

     

     Reconocemos los avances, sin embargo, falta mucho camino por recorrer para vivir en una verdadera igualdad, donde la equidad social sea una constante en la vida de todas las mujeres.

     

     Siempre será necesario recordar a la comunista alemana Clara Zetkin, una mujer como todas nosotras, cansada de ver tantas injusticias, de sentir los estragos de las guerras e indignada por la represión contra 129 trabajadoras textiles en Nueva York, que tras declararse en huelga fueron encerradas en la fábrica de algodón y ¡quemadas vivas! por su patrón en 1908. Ella es la mujer que pasó a la historia como la impulsora del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, ya que en la Segunda Conferencia de la Internacional Socialista, celebrada en 1910 en Copenhague, Dinamarca, sugirió la idea de dedicar un día a la lucha por las trabajadoras y por mejores condiciones laborales.

     

     Su propuesta fue escuchada por un centenar de mujeres procedentes de 17 países y aprobada de forma unánime. Un año después (19 de marzo de 1911) se celebraría el Primer Día Internacional de la Mujer, reuniendo a más de un millón de mujeres en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Además del derecho de voto y ocupar cargos públicos, se exigió el derecho al trabajo de la mujer, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

     

     En sus inicios, la conmemoración también sirvió de protesta contra la Primera Guerra Mundial y la fecha que se eligió fue el 8 de marzo.

     

     En 1945 se forman las Naciones Unidas para fomentar la cooperación internacional tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial y la Carta de la ONU se convierte en el primer acuerdo que consagra la igualdad de género a nivel global. En 1972, la Asamblea General de la ONU declaró a 1975 como Año Internacional de la Mujer y en 1977 invitó a los Estados parte a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, una fecha como Día Internacional de los Derechos de las Mujer y la Paz Internacional.

     

     Debido a su origen y a los trágicos hechos que conmemora, el Día Internacional de la Mujer ha servido para visualizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de derechos para las mujeres en todos los ámbitos de la vida en la sociedad.

     

     Por ello, las comunidades educativas del noreste de Monterrey (Universidad Emiliano Zapata -UNEZ-, Escuela Preparatoria Técnica Gral. Emiliano Zapata -PEZ-, Escuelas de Artes y Oficios EAyO- y Centros de Desarrollo Infantil -CENDI-) nos unimos con las ligas femeniles del Frente Popular "Tierra y Libertad" para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, con una relevante participación estudiantil y un programa de actividades que incluyó la Carrera de Mujeres por la Paridad, la Tribuna Libre "A mí nadie me calla", el Desfile de Mujeres Ilustres y concluyó con una Verbena Feminista alegrada con baile, música y canto, donde privó un ambiente de reflexión y compromiso con la paridad, la igualdad y la equidad.

     

     Ratificamos así nuestro compromiso de mantener levantadas las banderas rojas de la dignidad de las mujeres y proseguir la lucha con las generaciones venideras hasta lograr la verdadera transformación.