Altura de miras

Es momento de reflexionar, de dejar de lado el ánimo guerrero y pensar en lo que se puede y debe hacer por los ciudadanos de este estado. Altura de miras

Hemos insistido en diferentes ocasiones en que los políticos locales deberían tener altura de miras en la forma en que enfrentan su trabajo, ahora parece que si no se polariza no se hace nada y eso no redunda en beneficio de los ciudadanos.

Durante los primeros tres años del gobierno de Samuel García, salvo los primeros meses, la tónica entre los diferentes grupos políticos existentes en el estado, ha sido la confrontación y parece que será la misma que se seguirá durante el segundo trienio de este gobierno. Aclaramos, no es solo de un lado hacia el otro, de Samuel para con sus adversarios o de estos hacia aquel, sino de todos contra todos, excepto el grupo que ahora se nuclea en el llamado PRIAN.

Los de un bando señalan que Samuel ha faltado a sus promesas y este asegura que los de enfrente lo quieren maniatar y no dejarlo gobernar, pero unos y otros evitan ejercer el oficio al que se dedican, o al que se supone que se dedican: la política.

Porque según nosotros, ser político implica llegar a acuerdos y cumplirlos, no entender la política como una guerra de aniquilación, que es lo que actualmente parece que está sucediendo en la entidad.

Inclusive ahora que se abre la posibilidad de que se apruebe el presupuesto para el presente año, unos dicen que pondrán candados porque “ese perro ya los mordió”, mientras que el otro lado dice que no se sentará a negociar porque lo que se apruebe será lo que se llevará a cabo en la cuestión presupuestal.

Ojalá que los políticos de ambas partes dejen de lado la pequeñez de querer imponer sus condiciones por sobre las otras, que no quieran “vencer” al rival a costa de lo que sea, es cierto que cada uno tiene determinadas concepciones de lo que considera una buena forma de gobernar y establece en función de ella sus prioridades, pero también debería quedarles claro que los ciudadanos tenemos derecho a obtener los mejores servicios públicos posibles.

Precisamente por eso consideramos que los políticos nuevoleoneses deberían tener altura de miras, de entender que haciendo bien su trabajo pueden llegar a ser mejor evaluados y aceptados por los ciudadanos que dicen representar.

Es cierto que, también, pueden tener como objetivo el poder por el poder mismo y no el poder para servir, pero entonces deberían dedicarse a otra cosa.

Por ahora, estamos a la espera de que los grupos políticos en el estado, porque está claro que los diputados locales son la expresión de esos grupos, tengan altura de miras y saquen adelante aquello que sea lo mejor para Nuevo León.

En caso de que ello no sea así, quizá los ciudadanos deberíamos voltear a buscar en otra parte y no en los partidos políticos, a quien pudiera encabezar un movimiento que tenga como objetivo servir a Nuevo León.

Es momento de reflexionar, de dejar de lado el ánimo guerrero y pensar en lo que se puede y debe hacer por los ciudadanos de este estado. Altura de miras, es lo menos que esperamos.