Un día como hoy, el 7 de mayo de 1824, exactamente hace 200 años, se decreta la creación del Estado de Nuevo León.
Mediante la promulgación del Decreto 45, el Nuevo Reyno de León se transforma en Estado Libre, Soberano e Independiente.
El histórico documento fue firmado por el Diputado Presidente del Congreso Constituyente, Coronel Cirilo Gómez Anaya y por los diputados secretarios José María Ximénez y Luis de Cortaza.
Sin embargo, el Presidente de México, el Gral. Vicente Guerrero, publicaría el Decreto hasta el 16 de mayo, suscrito por Miguel Domínguez, Secretario de Estado y por Lucas Alamán, Secretario de Despacho.
Tras 300 años de coloniaje español, Fray Servando Teresa de Mier (diputado provincial por Nuevo León) y Miguel Ramos Arizpe (por Coahuila) fueron determinantes para redactar la Constitución de 1824 y establecer la República representativa, popular y federal con 19 entidades.
Nuevo León se creó como un Estado Unido Mexicano luego de 245 años como Nuevo Reyno de León, las 200 leguas tierra adentro que el Rey Felipe II capituló a Luis Carvajal de la Cueva para descubrir, pacificar y poblar, al designarlo como Capitán General y Primer Gobernador en 1579.
Para erigir los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, así como los municipios de Nuevo León se desarrollarían las siguientes acciones:
En mayo de 1824 se lanza la convocatoria para constituir el Congreso del Estado y el 11 de julio son electos como Diputados Constituyentes: el Dr. José Francisco de Arroyo, José María Gutiérrez de Lara, Lic. Pedro Agustín Ballesteros, Cosme Aramberri, Lic. Juan Bautista de Arizpe, Lic. Rafael de Llano, José María Parás, Juan José de la Garza Treviño, Antonio Crespo, José Manuel Pérez y Pedro José de la Garza Valdés.
El 11 de agosto de 1824, el Congreso designa a José Antonio Rodríguez como Gobernador Provisional. Una vez realizadas las elecciones a la Gubernatura, la Primer Legislatura celebra sesión secreta el 3 de junio de 1825 para computar los votos. Al resultar un empate entre José María Parás y José Antonio Rodríguez, los diputados sortean quién será el primer Gobernador. Parás gana la suerte y toma posesión el 15 de junio.
El 3 de junio de 1825 es propuesto y electo el Tribunal Superior de Justicia del Estado. Como Presidente se designa a José Alejandro de Treviño y Gutiérrez; como magistrados a Pedro Antonio Ballesteros y Rafael de Llano y, como asesor a Juan Bautista de Arizpe.
Con la Primer Constitución Política de Nuevo León, expedida el 5 de marzo de 1825, el territorio se dividió en veinte distritos municipales y para los Ayuntamientos de Monterrey, Cadereyta, Valle del Pilón, Linares y Boca de Leones se fijan elecciones cada dos años. La actual división en 51 municipios se establecería hasta el 20 de octubre de 1948.
La historia de Nuevo León se ha forjado gracias al esfuerzo, al trabajo y a la decisión de sus mujeres y hombres que, en una tierra semiárida y con condiciones climatológicas y ambientales difíciles, lograron llevarnos a ser uno de los Estados con mayor avance económico, social, político y cultural.
Pero, hay muchas áreas de oportunidad para detonar políticas públicas que desarrollen todas las regiones del Estado (ciudad y campo), sobre todo las de mayor pobreza y desigualdad, pues somos un Estado de contrastes. Por un lado, prevalecen los capitales más representativos del país y, por otro, una clase media amplia y una franja de pobreza muy marcada. Ahí el reto de las generaciones futuras: impulsar una cosmovisión con mirada de largo aliento, para garantizar un futuro luminoso a toda nuestra niñez.
Hay que cumplir con sus derechos más elementales desde el vientre de la madre y continuar con la educación temprana como el instrumento más seguro y eficaz. Además de garantizar la educación inicial hasta la superior de manera gratuita y con presupuestos que cubran este derecho humano de niños, adolescentes y jóvenes, tal y como lo establece la Constitución, no debemos soslayar la salud, porque la salud es la calidad de vida de la población que debe de ser ponderado como uno de los derechos fundamentales.
¡Celebremos el Bicentenario de Nuevo León y sus transformaciones!