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Recién había ingresado a El Porvenir cuando, como reportera, me invitaron a colaborar en la realización de un suplemento especial con motivo del 75 aniversario.

Recién había ingresado a El Porvenir cuando, como reportera, me invitaron a colaborar en la realización de un suplemento especial con motivo del 75 aniversario de la casa editora.

“Navegar” por sus contenidos, desde aquella primera plana que tenía como nota principal “El hambre y la desnudez de las clases humildes deben tener un próximo fin”; zambullirme en noticias que hoy forman parte trascendental de la historia del noreste de México y el mundo, fue inspirador para esta servidora.

Si bien he dicho hasta el hartazgo que desde la niñez supe que lo mío era escribir, imagínese después de aquella experiencia en que leí no sólo de las andanzas de Zapata cuando para muchos era sólo un “bandido”; o del día en que por decreto presidencial se consumó la expropiación petrolera; o del aterrizaje lunar de Neil Armostrong.

Además de conocer más de cerca los episodios de la historia, fue salir a las calles y sentir que también hice mi pequeña contribución con cada apunte periodístico.

Con el devenir de los años esta servidora aprendió de cada una de las secciones del periódico; pude incursionar lo mismo en deportes que en política o locales, cultura, editoriales, nacionales e internacionales, finanzas y hasta sociales. No digo que ello me haya convertido en una experta, pero sí puedo sentirme orgullosa del empeño que en cada encomienda puse.

Ha sido un gran aprendizaje -que hoy en día sigo adquiriendo-; de tratar a mi modo de rendir un homenaje alos ideales y el trabajo iniciado por Don Jesús Cantú Leal y Porfirio Barba Jacob, continuado por Don Rogelio Cantú Escalante y más adelante por sus hijos Jesús, Rogelio (+) y José Gerardo.

Pues bien, esta casa editora cumple (la fecha precisa es el 31 de enero) 102 años. A través de sus páginas vio desfilar presidentes, gobernadores, la caída de dictadores, la ascensión y deceso de papas; atestiguó y dio cuenta del fin de Guerras Mundiales.

La huella que El Porvenir deja en mi persona ha trascendido la sala de la redacción pues me permitió cruzarme en el camino con muchos compañeros y compañeras maravillosos que además son fabulosos en el quehacer periodístico. Muchas de las amistades que ahí hice, se mantienen al día de hoy.

No me queda más que felicitar a mi casa editora por tan especial aniversario y por que sé que este trabajo no culmina aquí.

Desde este ejercicio periodístico va mi gratitud por permitirme ser parte de estos 102 años de compromiso, de los valores que a diario se plasman en sus páginas como lo es la familia, las causas sociales, el respeto  a la vida privada y aún en medio de una fuerte influencia digital, el hacer prevalecer el idioma castellano.

Enhorabuena a todos los que hacen posible que “El periódico de la frontera”, mantenga vivo el slogan de “Si lo leyó en El Porvenir es cierto” y que se conserve como lo que es, el decano del periodismo nuevoleonés.