10 de abril no se olvida.
El año pasado fue la primera vez que una marcha feminista concluyó con mujeres dentro de Palacio de Gobierno de Nuevo León siendo golpeadas, la segunda vez fue el 8 de marzo del presente año.
Han pasado muchas cosas desde entonces, algunas de las mujeres víctimas se desistieron por temor, otras llegaron a convenios, algunas más ayudaron a crear un protocolo para atención de manifestaciones. El cuál no funcionó porque dejaron de aplicarlo a las 10 p.m.
También ocurrió que el 21 de febrero de 2023 en una reunión con algunas víctimas del 10 de abril se aceptó por parte del gabinete y el gobernador de N.L. que existieron fallas, que faltaba personal femenino, que se rompió la cadena de mando, que no se desalojó personal administrativo lo que subió la tensión, se prometió además una disculpa pública.
Llegó el 10 de abril de este año y el Gobernador no se presentó a trabajar en Palacio, tampoco se disculpó como había prometido. En cambio, ante un plantón pacifico de 12 personas se desplegaron 208 policías con vallas para proteger el Palacio de gobierno.
En Nuevo León están aumentando los casos de violaciones, acoso y violencia familiar. En esta situación quien podrá poner el ejemplo para detener la violencia, si el mismo estado violenta mujeres, revictimiza y además repite el error.
Sólo nos queda soñar a las habitantes de Nuevo León, soñar que somos paredes o edificios para que nos protejan 200 policías En fin la hipocresía.