Vive en carne propia el desabasto de medicinas

Por la tarde llamé, me dijeron que marcara en seis horas para ver lo del medicamento ", dijo la afectada.

Irma Venegas vive en Michoacán y comprobó en carne propia el desabasto de medicamentos que padecen miles de mexicanos.

El 4 de enero Irma llamó a la Megafarmacia del Bienestar, inaugurada el mes pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para surtir su receta expedida el 2 de enero para un medicamento contra el cáncer de mama que padece; sin embargo, vivió un viacrucis para conseguirlo.

A Irma le tardaron seis días en entregarle exemestano de 25 miligramos. El fármaco lo recibió por un convenio firmado por el IMSS, no mediante la Megafarmacia.

El medicamento fue recetado por el Instituto Mexicano del Seguro Social; no obstante, al llamar a la Megafarmacia el telefonista le respondió: "Tendríamos que esperar a que llegue el medicamento para que vean dónde va a surtirse".

Irma explicó al call center  indicando  tener el número de folio de la persona que atendió la llamada. No obstante, el telefonista de la Megafarmacia pidió a Irma hablar "más tarde, en lo que nos da tiempo; si puede llamar el día de mañana a ver si tenemos una fecha de entrega del medicamento".

Durante varios días la señora Venegas habló a la Megafarmacia, pero recibió la misma respuesta.

Tras la larga espera e incertidumbre recibió exemestano de 25 miligramos que le proporcionó la Clínica 82 en Zamora, Michoacán, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 8 de enero, pero no fue por el rastreo de la Megafarmacia, sino por un convenio firmado en noviembre de 2023 entre el sector Salud y la Unión Nacional contra el Desabasto, A.C.