Sufre Zacatecas hoy violencia sumamente cruel y extrema

De junio a la fecha han recurrido al terror

Zacatecas, ZAC.- “Los cárteles tienen varios años en Zacatecas, pero la violencia que hoy usan es cruel y extrema. Me ha tocado ver los cuerpos colgados. “Hemos visto a hombres armados. ¡Tenemos miedo al realizar nuestro trabajo! ¡Que ya regrese la paz a Fresnillo, Ciudad Cuauhtémoc, Loreto, Ojocaliente… a todo Zacatecas!”, dicen los pobladores, quienes han sido testigos de los actos cometidos por el crimen organizado. Actualmente, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación mantienen una guerra para disputarse el territorio zacatecano. De junio a la fecha han recurrido al terror, no sólo al cometer centenas de asesinatos o ataques armados, sino al dejar más de treinta cuerpos colgados en puentes o árboles; en otros casos, se han encontrado cadáveres atados a una cruz. Esta ola de violencia extrema ha impactado a profesionistas, empresarios y comerciantes, quienes sienten miedo al realizar sus actividades diarias; entre ellos los maestros, que a diario se desplazan a los municipios; el personal de salud, que atiende a víctimas del crimen; los reporteros de nota roja, que suelen llegar antes que las autoridades a las escenas de crimen; habitantes de colonias con constantes reportes de ejecuciones o empresarios que por temor han preferido cambiar de residencia. EL UNIVERSAL recabó algunos testimonios de hombres y mujeres que viven y trabajan en Zacatecas, quienes en su mayoría pidieron el anonimato por razones de seguridad. El miedo en el magisterio. Tiene 25 años como profesor y desde hace una década se ha cambiado de plaza constantemente para evitar los lugares donde son amedrentados por los grupos delictivos. Hoy se percata que en todas las regiones de la entidad hay violencia: “Ya no hay para donde correr”, dice. No sólo le ha tocado ver sino ser víctima de hechos violentos. Hace años, cuando estaba en una escuela de la comunidad San José de Lourdes, en Fresnillo, él junto con otros cinco compañeros fueron retenidos y sometidos por hombres armados. “Pensé que nos iban a matar. Nos golpearon y maniataron para despojarnos de las pertenencias. No vi el arma larga, pero sí la sentí muy fría en la nuca. Después que se fueron, como pude me desaté y desamarré a mis compañeros”, relata el profesor. Unos meses después, en esa comunidad se registró un enfrentamiento que duró horas, al grado de que la gente salió del pueblo al día siguiente con ayuda de los elementos de la Marina. A raíz de esos hechos, explica que surgió una minuta sindical para el magisterio, la cual establece que cuando la integridad física del trabajador esté en riesgo, la Secretaría de Educación del estado debe cambiarlo a otro lugar más seguro y que no afecte su lugar de residencia, misma que hizo válida. Fue cambiado al municipio de Ojocaliente,