El gasto destinado a subsidiar tarifas eléctricas llegó a 103 mil millones de pesos en 2023, por arriba de lo que el gobierno ha invertido en proyectos para salud, educación, seguridad, protección ambiental y agricultura juntos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Para esos cinco rubros se realizó inversión física por 96 mil 360 millones de pesos, con proyectos como la construcción de hospitales, escuelas, clínicas, labores de mantenimiento y supervisión, así como la compra de equipos especializados o maquinaria.
Sin embargo, el gasto en los cinco sectores se redujo en conjunto 30 por ciento en comparación con 2022, mientras que los subsidios a las tarifas eléctricas vieron un incremento cercano a 25%.
Para el año en curso se planteó que los subsidios a tarifas eléctricas cuenten con un presupuesto de 83 mil millones de pesos, pero el monto es susceptible de ser modificado conforme pasen los meses.
En 2023, el Presupuesto de Egresos de la Federación consideró inicialmente un total de 76 mil 624 millones de pesos para subsidios, pero de acuerdo con estimaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al final el monto se incrementó en 34% sobre lo programado.
El año pasado México enfrentó olas de calor, situación que usualmente se refleja en las tarifas de consumo básico de electricidad, y de ahí los planes del gobierno para que el ajuste se reflejara lo menos posible ante mayores costos de generación y, por consecuencia, en la inflación general del país, de acuerdo con expertos.
Estrategia del gobierno
"Para la actual administración ha sido tema primordial crear la imagen de que los precios de electricidad no suben de manera drástica", señaló Carlos Flores, especialista del sector eléctrico.
Añadió que para lograr que los precios de la electricidad al consumidor final no se eleven hay dos vías y ambas corresponden al gobierno federal.
La primera es convertir a la CFE en una empresa eficiente, competitiva, que sea capaz de reducir sus costos; y la segunda es subsidiar de manera masiva a la empresa, tal cual ha sucedido en la actual administración.
"De esta manera se puede controlar, aunque de manera ficticia, el verdadero costo de la electricidad", expuso Flores.
"El gobierno de Andrés Manuel López Obrador hizo poco o nada por lograr que CFE redujera sus costos. En su lugar, decidió usar nuestros impuestos para pagar las ineficiencias de la empresa. Al final, los contribuyentes somos los que terminamos pagando los altos costos de CFE, ya sea en los recibos de luz o vía nuestros impuestos. De ahí lo ficticio del asunto", expuso.
De acuerdo con el reporte trimestral de la Comisión Federal de Electricidad, al cierre de septiembre de 2023 el costo de operación creció sólo 2% respecto al mismo periodo de 2022, al ubicarse en 105 mil millones de pesos.
En ese periodo, la empresa que dirige Manuel Bartlett reportó una ganancia neta de 86 mil millones de pesos, pero si se descuenta el subsidio, el beneficio llegó a sólo 16 mil millones de pesos.
Subastas, clave
Los subsidios para la CFE son consecuencia del apoyo del gobierno federal, pero no son la única ayuda; por directriz presidencial, la empresa eléctrica debe comprar combustóleo a Petróleos Mexicanos (Pemex) para proveer a sus plantas generadoras que tienen como matriz este combustible fósil.
Víctor Ramírez, socio de la consultora P21Energía, expuso que para que la CFE, y en general el gobierno, es necesario comenzar a ver este reto como un problema en detrimento, por lo que se debe continuar con las subastas eléctricas y con ello los costos de energía tenderían a bajar.
De esa forma, los apoyos a los consumidores serían menores.
"CFE Suministro Básico sólo puede contratar energía nueva mediante subastas, con eso va desplazando energía de más alto costo. Si hubiera más proyectos de subastas, con bajo costo, el gasto de energía iría bajando en términos reales, lo que permitiría a CFE usar menos subsidios", expuso.
Los expertos coinciden en que mientras el gobierno gaste en subsidios, como en el caso de las tarifas eléctricas, deja de invertir en otros temas clave como la educación, salud, seguridad, agricultura o en la infraestructura económica necesaria para el desarrollo del país.
En la actualidad, el gobierno aplica una política energética basada en el fortalecimiento de la CFE y Pemex, lo que ocasiona que la empresa eléctrica no compita con eficiencia, que no invierta en investigación y desarrollo, y que dependa cada vez más de subsidios que surgen de los impuestos de los contribuyentes.