En medio de las negociaciones por precios justos para sus productos, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) respaldó a los productores de maíz, quienes, dijo, enfrentan una "realidad desesperante" y sostuvo que sus exigencias no son un capricho, sino una demanda legítima.
A través de un comunicado, indicó que los precios internacionales y la falta de mecanismos efectivos de protección han llevado a los agricultores a malbaratar el fruto de su trabajo, poniendo en riesgo su sustento y el de sus familias.
En ese sentido, resaltó que "la situación es urgente y no admite dilación. Si no se atiende con prontitud y justicia, corremos el riesgo de caer en una descomposición social irreversible que afectará tanto al campo como a la economía nacional y al bienestar de millones de mexicanos". Aunado a ello, expresó su preocupación por las afectaciones que los bloqueos carreteros han generado a miles de personas en estados como Jalisco, Guanajuato y Michoacán, pues, afirmó, las pérdidas económicas son millonarias y el daño al tejido social es incalculable.