"La inflación frenó el descenso que ha presentado desde inicios de año y todo parece indicar que el nivel de 4.25% que se alcanzó en la segunda quincena de octubre será el piso durante al menos los próximos seis meses", mencionó Daniel Arias, analista económico de Grupo Financiero Monex.
Lo anterior, debido a que las profundas bajas en los precios de energéticos y agropecuarios comienzan a revertirse, lo que dejará al descubierto las presiones de la inflación subyacente, la parte más dura del indicador, que se ha mantenido persistente en niveles de 4.5% a tasa anualizada, agregó el especialista.
"Se prevé que la inflación interanual se acelere un poco más al cierre de año, ante una parcial reversión en el índice no subyacente, particularmente en el rubro de energía, y será a partir del primer trimestre de 2024 que retomaría su tendencia descendente, conforme se vayan enfriando la actividad económica y las presiones de demanda, y se terminen de diluir los choques de años pasados", estimó Alejandro Saldaña, economista en jefe de grupo financiero Ve por Más.
Sin embargo, el especialista advierte que la inflación llegará a ubicarse debajo de 4%, objetivo del Banco de México, hasta el primer trimestre de 2025 y, en buena medida, reflejando cierta renuencia a disminuir en el componente de los servicios, a causa de las presiones salariales en un mercado laboral estrecho.
El aumento estacional de las tarifas eléctricas (22.3% en la quincena) y de los precios de algunos servicios, como el transporte aéreo (11.6%), así como mayores precios de productos agropecuarios, como el tomate verde (18.8%), chile poblano (14.3%) y huevo (7.8%), fueron los principales motores del incremento de la inflación en la primera mitad del mes.
Se espera un mayor empuje de los precios agropecuarios ante condiciones de sequía más retadoras a lo largo del verano y principios del otoño; sin embargo, los avances se materializarán en los próximos meses, advirtieron por su parte especialistas de Banorte.
Agregaron que las afectaciones probablemente también se extenderían a los energéticos, donde un invierno más severo impulsaría la demanda de gas y otros combustibles, con lo que el precio podría aumentar.
Sin embargo, una vez terminadas estas distorsiones, el precio de las mercancías podrá seguir apoyado por un tipo de cambio fuerte y por la normalización adicional en las cadenas de suministro.