A poco más de un año del cierre a la exportación de ganado a Estados Unidos por la presencia del gusano barrenador, la ganadería mexicana vive una crisis silenciosa, advirtió el coordinador del PRI en el Senado, Manuel Añorve Baños, quien advirtió que el campo no puede esperar más, pues necesita apoyo real, no discursos.
Al destacar la información publicada este sábado por EL UNIVERSAL, en la que se revela que la afectación económica a causa del gusano barrenador asciende a 15 mil millones de pesos, el legislador señaló que aunque hay esfuerzos del gobierno, la reactivación de exportaciones sigue pendiente. "Urgen soluciones integrales, apoyo directo y coordinación real. No podemos normalizar una crisis que afecta al campo, la economía regional y la seguridad alimentaria del país", enfatizó.
Añorve Baños lamentó que los ganaderos venden hoy en el mercado nacional a menor precio, absorben el costo sanitario y reducen inventarios para sobrevivir. "Menos rentabilidad es igual a menos empleo y por supuesto, menos inversión. Las comunidades rurales están pagando el precio", apuntó.
Destacó que en cifras del propio gobierno, hay casi 12 mil casos de gusano barrenador y los estados con mayor presencia son Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Tabasco y Campeche.
"Lo dijimos en tribuna, lo repetimos hoy y lo seguiremos exigiendo con firmeza: el campo no puede esperar más. Necesita apoyo real, no discursos", concluyó Añorve Baños.
Además de las afectaciones inmediatas, el gusano barrenador representa un grave riesgo para la salud animal, ya que las larvas se alimentan de tejido vivo, provocando infecciones severas, dolor intenso y, en muchos casos, la muerte del ganado si no se atiende de manera oportuna. Esta situación impacta directamente a pequeños y medianos productores, quienes enfrentan pérdidas económicas significativas.
Especialistas advierten que la falta de detección temprana y de campañas preventivas ha permitido la propagación del parásito en distintas regiones, convirtiendo el problema en una crisis silenciosa que avanza sin la atención pública necesaria. La movilidad del ganado y las condiciones climáticas han contribuido a su expansión.
Autoridades sanitarias han señalado la importancia de reforzar los controles zoosanitarios, así como de capacitar a productores y veterinarios para identificar los primeros síntomas de infestación.
Entre las medidas clave se encuentran la vigilancia permanente, el tratamiento inmediato de animales afectados y la notificación oportuna a las instancias correspondientes.
Mientras tanto, organizaciones del sector agropecuario han llamado a destinar mayores recursos para la prevención y erradicación del gusano barrenador, al advertir que, de no contenerse, la plaga podría comprometer la producción pecuaria, la seguridad alimentaria y las exportaciones del país.