El obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, anunció este miércoles que no presentará cargos en contra de las personas que lo dañaron, luego de que su presunto secuestro el pasado mes de abril acaparara miradas alrededor del país.
A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, el obispo pidió respeto y comprensión por parte de los medios de comunicación, ya que se trata de una decisión para salvaguardar su seguridad e integridad física.
"Con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación", se lee en el mensaje del obispo.
Aunado a ello, Rangel agradeció a las autoridades legales y de la Iglesia por colaborar en su caso, además de su abogado, Luis Gasca.
"Agradezco a todas las personas que se han solidarizado conmigo. Mi especial gratitud a todos aquellos que hicieron oración por mi vida y por mi pronta recuperación", declaró.
Cabe recordar que Salvador Rangel fue reportado como desaparecido el pasado sábado 27 de abril y reapareció el lunes, 29, en un hospital de Cuernavaca, tras ello, se reportó un supuesto secuestro exprés.
Sin embargo, el comisionado de Seguridad Estatal, José Ortiz Guarneros informó que el obispo entró por su cuenta a un motel junto a otro hombre, quien dejó el lugar tras varias horas.
Como respuesta, la Fiscalía de Morelos acusó al comisionado de violar el debido proceso, así como revictimizar al obispo, quien se dijo delicado de salud y en condiciones negativas, tras lo ocurrido.
Por otro lado, el titular del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro acusó que el caso de Rangel es una "persecución política" en contra de la Iglesia en el país.
"Esta situación ha sido tomada como un instrumento político (...) ya saben quien, está atacando a la iglesia", declaró.