La noche anterior al eclipse, una veintena de casas de campaña se alinearon en el malecón de Mazatlán, donde grupos de amigos, viajeros y familias se preparaban para presenciar el evento astronómico del siglo. A pesar de la falta de alojamiento, preferían quedarse al aire libre para no perderse el espectáculo.
En la mañana del gran día, alrededor de las siete, un pequeño grupo de investigadores de la NASA se preparaba para observar el fenómeno desde distintos puntos estratégicos a lo largo del malecón. La policía regula el acceso mientras se distribuyen lentes certificados y se venden soluciones improvisadas para la observación segura.
Los turistas, tanto nacionales como extranjeros, se congregan a lo largo del malecón, ajustando sus cámaras y preparándose para el momento esperado. La atmósfera es festiva, con música y bullicio en cada centro de observación improvisado.
En el Parque Ciudades Hermanas, la Camerata Mazatlán entretiene a la multitud con clásicos de Star Wars en versión sinfónica. Mientras tanto, en los miradores, aficionados y curiosos se reúnen con sus instrumentos de visión.
A las 11:07 horas, comienza la totalidad del eclipse solar en Mazatlán. Desde el escenario del Parque Ciudades Hermanas, un moderador dirige a la multitud mientras la pantalla gigante proyecta la transmisión en vivo de la NASA. Las calles se llenan de personas observando el cielo con filtros de protección.
Durante la totalidad, la emoción alcanza su punto álgido. Las multitudes gritan y aplauden mientras el cielo se oscurece brevemente. Aunque no hay lágrimas ni emotividad intensa, se respira un cierto regocijo en el ambiente.
En Teotihuacán, miles de visitantes se congregan para presenciar el eclipse solar del siglo. Algunos llevan telescopios, mientras que otros han elaborado cajas oscuras siguiendo tutoriales de la NASA para observar el fenómeno de manera segura.
A las 12:14 horas, el punto máximo del eclipse es alcanzado en Teotihuacán, con una visibilidad del 75%. Los asistentes expresan una mezcla de emociones, desde la alegría hasta la incertidumbre, mientras presencian el espectáculo astronómico.
El presidente Andrés Manuel López Obrador también presencia el eclipse en Mazatlán, calificándolo como "bello, bellísimo" y como "un día inolvidable". Acompañado por investigadores, experimenta la totalidad del fenómeno sin necesidad de lentes protectores, admirando la corona solar con admiración.
El eclipse solar del siglo deja una huella imborrable en la memoria de aquellos que lo presenciaron, tanto en Mazatlán como en Teotihuacán. Aunque su duración fue breve, su impacto perdurará en la mente y el corazón de quienes tuvieron el privilegio de presenciarlo.