Ante los señalamientos de abogados de los padres de los normalistas desaparecidos respecto a que el Ejército no acata su orden de proporcionar toda la información sobre el caso, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que "no me estoy chupando el dedo" y rechazó que los militares le hayan tomado el pelo.
El Jefe del Ejecutivo federal subrayó que se ha contado "con todo el apoyo" de las Fuerzas Armadas para obtener información de los sucesos ocurridos hace exactamente 10 años en Iguala, Guerrero.
Aseveró que, aunque no hay pruebas directas de la participación del Ejército en la desaparición de los estudiantes, se busca debilitar a las Fuerzas Armadas y a la "institución presidencial".
Recalcó que los actos ilegales cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas no pueden manchar el prestigio de una institución creada para la defensa nacional.
Al leer la carta que envió el martes a los padres y madres de los jóvenes desaparecidos, el presidente admitió que en su compromiso para encontrar durante su gobierno a los 43 estudiantes, pero sostuvo que el próximo gobierno seguirá la investigación.