MÉXICO.- La empresa Space X, propiedad del empresario Elon Musk, rechazó este jueves que los fragmentos de sus cohetes caídos recientemente en el estado mexicano de Tamaulipas representen algún tipo de peligro ambiental o para la salud, luego de que el gobierno mexicano anunciara que emprenderá acciones legales por los hechos.
Pidió al Gobierno de México apoyo para recuperar los escombros del cohete que se localizan en Matamoros, tras la explosión de la nave la semana pasada.
La declaración de la compañía se produjo un día después de que la presidenta Claudia Sheinbaum informara que su administración prepara un proceso legal por los daños ocasionados por residuos espaciales localizados en distintas zonas de la frontera norte, particularmente en Matamoros, frente a Texas.
En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X (antes Twitter), SpaceX aseguró que los materiales pertenecientes a su nave Starship no implican riesgos químicos, biológicos ni toxicológicos, basándose en análisis independientes.
También afirmó que no existen afectaciones en áreas cercanas a sus instalaciones en el sur de Texas.
Las autoridades mexicanas, sin embargo, discrepan. Sheinbaum sostuvo que los desechos sí están generando contaminación y que el país evalúa el impacto ambiental bajo la normativa internacional para proceder con demandas.
Las investigaciones están a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
SpaceX explicó en su comunicado que ha realizado intentos por recuperar los restos, que sigue considerando propiedad de la empresa, aunque señaló que estos esfuerzos han sido complicados por la intervención de personas no autorizadas que ingresaron en terrenos privados.
La situación fue denunciada inicialmente por la organización civil Conservación e Investigación de la Biodiversidad.
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