Ante los trabajos de rescate de los cuerpos de los mineros atrapados en la mina Pasta de Conchos por el derrumbe ocurrido en 2006, la Secretaría de Gobernación (Segob) informó la identificación del primer minero.
La noticia trae esperanza a las familias de los 65 trabajadores que quedaron sepultados hace 17 años.
La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó oficialmente a los familiares directos de los mineros sobre la identificación de José Alfredo Ordóñez Martínez.
La Segob, encabezada por Luisa María Alcalde, puntualizó que Ordóñez Martínez es uno de los 13 trabajadores que, conforme a las bitácoras entregadas por la empresa, laboraban en uno de los puntos de la mina donde actualmente se realizan trabajos de búsqueda. "Lo anterior se logró una vez concluidas las acciones periciales legales correspondientes", explicó la Segob.
Para ello, se contó con la colaboración del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), institución que procesó el material genético de los restos recuperados y realizó la debida confronta con las muestras de ADN que los familiares de todas las víctimas aportaron a dicho Instituto.
Con esta identificación, la FGR dará inicio formal al proceso de entrega de los restos a la familia del minero identificado.
"El Gobierno de México brindará total acompañamiento a la familia", detalló Gobernación en un comunicado.
Los trabajos de rescate son encabezados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y continúan en la galería siniestrada a la que se tiene acceso.
Hasta ahora, las labores han sido arduas y complejas debido a las condiciones de la mina, pero los rescatistas mantienen la esperanza de encontrar a más mineros.
"De igual modo, se mantienen las obras de aproximación en dos galerías más, donde existe la expectativa de lograr nuevos hallazgos", señaló la Segob.
La identificación de José Alfredo Ordóñez Martínez es un avance significativo, pero también un recordatorio de la tragedia que marcó a la comunidad minera y al país.
La lucha de las familias de Pasta de Conchos no ha sido en vano y este primer logro es una muestra de su perseverancia y fortaleza.
La comunidad y las organizaciones de derechos humanos han estado vigilantes y apoyando a las familias durante todos estos años.
La identificación y entrega de los restos se convirtió en un pequeño consuelo para los seres queridos de las víctimas, quienes han exigido justicia y dignidad para los mineros.
El Gobierno de México reafirmó su compromiso de continuar los trabajos de rescate y no descansar hasta que todos los cuerpos sean recuperados y entregados a sus familias.