Ciudad de México.-Alrededor de 100 mujeres convocadas por medio de redes sociales se dieron cita en el Monumento a la Revolución para marchar al Zócalo. Bajo la consigna de "Me cuidan mis amigas y no la policía", protestaron por la violencia que sufren cada vez que salen a manifestarse. En las consignas, además, mencionaron los abusos que han sufrido en Chicoloapan, Atizapán y otras marchas que han convocado.
Las mujeres, integrantes de las colectivas Mujeres Lunares, Brujas de la Hierba, Colectiva Marisela, Brujitas de la Abue y Revolución de Lilith, llegaron con carteles en los que se leían reclamos como "¿Dónde estaban estas policías cuando las mataron?" y "No a la represión policiaca".
Uno de los grupos presentes en la manifestación fue el bloque negro, conformado por mujeres feministas que estaban equipadas con martillos, latas de pintura en aerosol, con su característico vestuario negro y encapuchadas.
La marcha inició casi una hora después de la marcada en la convocatoria. Las mujeres avanzaron al grito de: "¡Alerta, alerta, alerta que camina… la lucha feminista por América Latina!".
A lado de ellas, el grupo de Ateneas, que superaba los 200 elementos, avanzaron a la expectativa de que las feministas realizaran pintas o destrozos.
Sin embargo, esto no sucedió, las feministas marcharon por la avenida Juárez gritando consignas y pidiendo apoyo a las personas que pasaban por el lugar: "¡Mujer consciente se une al contingente!", "¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente¡", todo ello sin dañar calles o negocios.
Debido a otra protesta, que se instaló desde hace poco más de un mes frente al Palacio de Bellas Artes y a la gran cantidad de policías que avanzaron antes, las mujeres no pudieron llegar al Zócalo, como estaba previsto, y decidieron quedarse en la Antimonumenta a leer sus consignas.
No obstante, los reclamos por la violencia ejercida en las protestas feministas que se iban a leer no se realizaron, debido a un conato de pelea que hubo entre las mujeres y las policías quienes, en menos de un minuto, las encapsularon.
Ante ello, las manifestantes pidieron que se les diera espacio, que no se les encerrara, puesto que representaban un número menor al de las policías y habían avanzado de manera pacífica.
En un extremo del encapsulamiento, las mujeres y Ateneas estaban negociando el volver al Monumento a la Revolución, pero en otro, algunas policías respondieron a las pintas y el lanzamiento de objetos que hicieron las feministas, por lo que hubo un encuentro a golpes entre, por lo menos, tres policías y tres integrante de los colectivos.
Tras el intercambio de golpes, se logró calmar a las manifestantes y las policías abrieron el paso para que el contingente volviera al punto del que partió.
De regreso en el Monumento a la Revolución, las feministas continuaron gritando consignas; sin embargo, en este punto incorporaron el ya nombrado himno feminista: Canción sin miedo.
, tomadas de la mano al frente y más atrás prendieron bengalas de color morado, característico del feminismo.
Mientras marchaban, algunas cantaban, otras más bailaban, con lo que se evidenció que no sólo había quedado atrás el conato de pelea, sino que esa marcha era completamente pacífica.
Al alcanzar las fuentes instaladas en el patio del Monumento a la Revolución, las mujeres se soltaron de las manos, como si llegar al punto de inicio les proporcionara alivio, tras caminar por una hora bajo los rayos del sol.
Poco a poco, las feministas que, de acuerdo con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México eran 85, se retiraron en pequeños grupos, hasta que en el Monumento a la Revolución sólo quedó el grupo de Ateneas.