Después de que se levantaran de la mesa de negociación este lunes en la Secretaría de Gobernación (Segob) por no alcanzar un precio de 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz, productores advirtieron que se acabó la paciencia y que "la lucha arreciará".
Tras reunirse con el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué e intentar ingresar a la Segob, los agricultores exigieron la reinstalación de la mesa de negociación "real, abierta y resolutiva".
La mañana de este martes 28 de octubre, el Movimiento Agrícola Campesino aseguró en un comunicado que la respuesta que recibieron "fue una ofensa": "Una oferta de $6,050 no es una negociación, es una burla que condena al hambre a nuestras familias".
"La lucha se transforma. La exigencia es innegable. Ayer, 27 de octubre, el campo mexicano demostró su fuerza, su unidad y su dignidad. Salimos pacíficamente, pero con la determinación de hierro de quienes alimentan a esta nación.
"¡Ya basta de simulaciones! ¡Se acabó la paciencia!", expresaron los trabajadores del campo.
Reiteraron que su postura "es más firme que nunca: "Ya no estamos pidiendo. Estamos EXIGIENDO".
Pidieron al gobierno federal y a los gobiernos estatales que dejen de ser juez y parte porque es su deber constitucional sumarse a la exigencia y presionar a la industria privada para que pague lo justo.
"Al Gobierno de México y a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo: El tiempo de las falsas promesas se terminó. La paz de este país depende de la dignidad de sus agricultores.
"O hay precios justos ya, o la lucha arreciará", declararon.
Añadieron que sus demandas no son negociables: "Son el mínimo absoluto para la dignidad y la supervivencia del campo mexicano: $7,200 por tonelada de maíz y $6,000 por tonelada de sorgo", señalaron.
Asimismo, los productores advirtieron que, de no recibir una respuesta favorable en los próximos días, intensificarán sus acciones con bloqueos y manifestaciones en distintos puntos del país, buscando visibilizar la crisis que atraviesa el sector agropecuario y la urgencia de garantizar precios que permitan la subsistencia de sus familias.