Ciudad de México.- A más de tres semanas de la inundación de una mina de carbón en el norte de México donde permanecen atrapados 10 mineros, el gobierno mexicano no ha logrado definir una estrategia clara para rescatarlos.
La propuesta diseñada por las autoridades de realizar tajos abiertos en la mina Pinabete para entrar a buscar a los mineros, que se estima podría extenderse entre seis y 11 meses, quedó en el aire luego de que los familiares de los mineros la rechazaron alegando que el tiempo de rescate es muy largo.
Desde el 3 de agosto 10 hombres están atrapados en una mina del municipio de Sabinas, en el estado de Coahuila, que se inundó cuando los mineros se toparon con un área contigua de una vieja mina que estaba llena de agua, lo que provocó una fuerte inundación en tres de los pozos de la instalación de unos 60 metros de profundidad.
Del grupo de 15 trabajadores que estaba en la mina sólo cinco lograron salir. Ante la negativa de las familias el gobierno decidió retomar las evaluaciones para definir nuevas alternativas.
Así lo reconoció el viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó en su conferencia matutina que “se está buscando qué opción es la mejor”.
López Obrador dijo que los técnicos explorarán el viernes si se puede acortar el tiempo de rescate con más extracción de agua, pero recordó que los especialistas ya han advertido que hay riesgos en la reducción de la inundación de la mina.
“La instrucción es que no nos demos por vencidos”, afirmó el mandatario al asegurar que las autoridades insistirán en sacar del socavón a los 10 mineros, con quienes no se ha tenido ningún tipo de comunicación desde que quedaron atrapados el 3 de agosto.
López Obrador admitió que las autoridades ofrecieron a los familiares de los mineros una indemnización, pero no dio detalles.
En una etapa inicial las autoridades se concentraron, con la ayuda de más de una veintena de bombas de extracción de agua, en reducir la inundación en los tres pozos de la mina, pero el plan no funcionó debido a que se registraron nuevas filtraciones de agua que elevaron la inundación e impidieron el ingreso de buzos militares y rescatistas.
Luego las autoridades realizaron perforaciones en las áreas próximas a la mina para evaluar el terreno y las nuevas entradas de agua y se consideró la posibilidad de construir una barrera de concreto para detener las filtraciones.
Hasta el momento el gobierno no ha informado qué sucedió con ese plan. Mientras pasan los días crece la angustia de los familiares que ya temen el peor desenlace.