El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, aseguró este miércoles que la estrategia "de abrazos, no balazos" del expresidente Andrés Manuel López Obrador "no funcionó".
Asimismo, durante una conferencia de prensa, Salazar adelantó que la austeridad republicana de la Cuarta Transformación "no dará resultados" para solucionar la crisis de seguridad en México, ya que se deben destinar recursos en materia de seguridad.
"Hablar que no hay problema, echarle la culpa a otros, echarle la culpa a Estados Unidos, como se hace muy obviamente, eso no es lo que se requiere para arreglar la seguridad en México", dijo el embajador.
Además, enfatizó que AMLO rechazó las inversiones de EU que superasen los 32 millones de dólares para la seguridad en el país.
“No quería que esa inversión llegara a México para ayudar en la seguridad del pueblo mexicano”.
Sin embargo, también indicó que hay "esperanza" para que el gobierno de Claudia Sheinbaum tenga éxito, siempre y cuando se invierta en la seguridad del país.
“Se debe de invertir en el tema de la seguridad, eso quiere decir que la austeridad, como se dice, republicana, no va a trabajar para llegar a tener una seguridad para el pueblo de México, se tiene que invertir”.
En ese sentido, el embajador, quien tuvo roces con López Obrador durante los últimos meses de su administración, detalló que debe haber una coordinación adecuada entre las instituciones, junto a la Fiscalía General de la República, ya que "hay una gran corrupción".
Cabe recordar que, tras la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Ken Salazar está próximo a irse del país, terminando un periodo de más de tres años representando a la nación vecina en México.
Hacia el final de su mensaje en conferencia de prensa, Salazar exhortó a los dos países a colaborar como "socios y familia", dejando atrás los entredichos del pasado.
"Se tiene que confrontar con la verdad y con programas que de veras nos traigan a México, a Estados Unidos, la seguridad que se requiere", dijo refiriéndose a un sistema de justicia funcional que pueda eliminar la corrupción.