A pesar de la creación del programa La Escuela es Nuestra (LEN), creado para mejorar y rehabilitar planteles de educación básica del país, las escuelas indígenas y comunitarias son las que menor acceso tienen al agua potable, electricidad, lavamanos, sanitarios, computadoras e internet.
En el ciclo escolar 2022-2023, más de la mitad de las escuelas primarias y secundarias del tipo comunitario carecían de agua potable y lavamanos.
El programa LEN fue creado bajo el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de que las comunidades escolares mejoren, pero los montos pudieran resultar insuficientes, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En su reporte Evaluación Integral de la Política Social Vinculada al Derecho a la Educación 2023-2024, el Coneval precisa que, en el referido periodo lectivo, un elevado porcentaje de escuelas de educación básica carecían de servicios básicos esenciales: 21.5% de los centros educativos no contaban con agua potable, 18.1% de estas no tenían lavamanos, 8.8% no contaban con electricidad y en 8.1% no había sanitarios individuales.
"Existe evidencia sólida que demuestra que una infraestructura de calidad contribuye a la optimización de la enseñanza, el incremento del rendimiento estudiantil y la disminución de los índices de abandono escolar, entre otras ventajas", dice.
Datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) señalan que, en México, 26 mil 463 escuelas no cuentan con servicio de electricidad, 56 mil 109 operan sin agua, 43 mil 558 no tienen lavamanos y mil 950 no cuentan con sanitarios.
"Este dinero no va etiquetado exclusivamente para rehabilitar infraestructura física educativa, sino que se puede utilizar de diversas maneras, que no necesariamente implican la ampliación de la capacidad instalada en materia de cobertura educativa para cada plantel escolar, ni tampoco en la extensión de los servicios educativos brindados, sino que puede ser empleado el recurso en cuestiones de alimentación escolar, compra de equipamiento, consumibles o pago de compensaciones", sostiene.
Argumenta que está documentado que el programa La Escuela es Nuestra tiene vicios de origen que posibilitan la corrupción, como se denunció en su momento en las regiones de Maravatío y Puruándiro, en Michoacán, donde se simulaban compras y obras, mediante falsificación de firmas de padres de familia y facturas a modo.