Dolor y luto envuelve a El Sauzal

En una vivienda de la calle Morelos se colocó un toldo azul que cubrió los ataúdes que guardaban los cuerpos de Sherlyn, de 14 años, Lindsay, de 13 y Arleth

Tres ataúdes en el patio de una casa y el dolor silencioso de un grupo de amigos, vecinos y familia enmarcaron este martes la colonia El Sauzal, lugar en el que Lindsey, Arleth y Sherlyn vivieron su niñez y adolescencia hasta que la vida les fue arrebatada.

En una vivienda de la calle Morelos se colocó un toldo azul que cubrió los ataúdes que guardaban los cuerpos de Sherlyn, de 14 años, Lindsay, de 13 y Arleth de apenas cuatro, menores que fueron asesinadas mientras celebraran una fiesta en Riberas del Bravo el pasado domingo, cuando un comando descargó más de 100 disparos en el lugar donde se encontraban. En el sitio fue levantado un hombre residente de El Paso, Texas.

Este lunes, en el Colegio Kawabata se reiniciaron las clases, pero faltaban tres alumnas: Sherlyn y Lindsay, de secundaria, así como Arleth de preescolar.

Las niñas eran parte de ese colegio desde hace varios años, por lo que el luto alcanzó al personal docente y directivo del plantel.

Se deslindan de crimen. Mientras la familia daba el último adiós a las niñas, autoridades estatales y el grupo delictivo "Los Mexicles" entraron en una confrontación.

El pasado lunes, la fiscalía señaló como principal sospechoso del multihomicidio a "Los Mexicles", grupo que respondió este martes con una serie de lonas colgadas en por lo menos tres puntos de la ciudad, en éstas se deslinda del hecho y retan a la fiscalía del estado: "Tú decides, fiscalía, si quieres emprender una nueva guerra o detienes a los verdaderos responsables del cruel ataque, y deja de culparnos a nosotros".

Ante esta situación, el fiscal estatal, César Augusto Peniche Espejel, aseguró que el crimen fue una venganza entre grupos criminales