Acapulco fue azotado por el huracán Otis en la madrugada de este miércoles, dejando a su paso una estela de destrucción.
El huracán, catalogado como de categoría 5, registró vientos máximos sostenidos de 260 km/h y rachas que alcanzaron los 315 km/h, lo que lo convirtió en uno de los más fuertes jamás registrados en el Pacífico mexicano.
Las consecuencias de la tormenta fueron devastadoras: calles y viviendas quedaron inundadas, hoteles destrozados, escombros se acumularon por todas partes, árboles derribados y las comunicaciones se interrumpieron, lo que dificultó la evaluación inmediata de las víctimas y damnificados.
Las redes de telefonía, internet y gran parte del servicio eléctrico sufrieron daños considerables debido a la rapidez con la que se fortaleció el huracán, lo que limitó la capacidad de la población para prepararse adecuadamente.
En la zona turística de Acapulco, huéspedes compartieron imágenes a través de redes sociales que mostraban la intensidad de los vientos en la madrugada y cómo se refugiaron en salones de los hoteles improvisando medidas de seguridad.
Algunos relataron que las ventanas de las habitaciones se rompieron debido a la fuerza del viento, causando que objetos fueran arrojados fuera de las habitaciones. El edificio tembló, y la ansiedad se apoderó de muchas personas en medio de la emergencia.
Videos difundidos mostraron colonias enteras de Acapulco inundadas por el desbordamiento de ríos y arroyos, lo que agravó la situación.
Por la mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador informó que, debido a la interrupción de las comunicaciones, no tenía información sobre el número de víctimas o damnificados, pero destacó que se trata de un huracán de "mucha intensidad" y con un comportamiento "atípico" que no se había visto en décadas.
López Obrador se trasladó hacia Acapulco por tierra en la tarde para coordinar acciones de ayuda, pero se quedó varado a bordo de un Jeep de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) debido a los deslaves que se registraron en la autopista México-Acapulco.
A pesar de que Otis se debilitó tras adentrarse en el sur del país, seguía generando fuertes lluvias, lo que complicaba aún más la situación en la región. Las autoridades continúan trabajando en la evaluación de los daños y en brindar asistencia a la población afectada por el huracán Otis.
Por su parte, la Guardia Nacional envió a mil elementos más a Guerrero para atender la emergencia y reforzar el Plan de Asistencia en Casos de Emergencia (Plan GN-A).