Autoridades mexicanas clausuraron un narcotúnel de aproximadamente 600 metros de longitud en la ciudad fronteriza de Tijuana, que conectaba con San Diego, California, y era utilizado para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
El hallazgo se produjo tras un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Fiscalía General de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, en coordinación con autoridades estatales.
El túnel fue descubierto en un inmueble ubicado en el Fraccionamiento Nueva Tijuana, en la calle Macedonio Alcalá, esquina Gustavo Campa, tenía una profundidad de 13.5 metros y estaba equipado con sistemas de ventilación, iluminación y un mecanismo hidráulico que ocultaba la entrada bajo el piso de una vivienda.
El pasadizo, que iniciaba en una casa de dos niveles y terminaba en una bodega en Otay Mesa, San Diego, fue detectado tras una orden de cateo por delitos contra la salud.
Durante el operativo, se aseguraron un paquete de metanfetamina así como diversos artículos para el transporte de objetos ilícitos.