Una intensa tormenta, acompañada de lluvias torrenciales, paralizó la noche del domingo las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), provocando una de las suspensiones más prolongadas en los últimos años.
En total, 104 vuelos nacionales e internacionales se cancelaron o fueron desviados, afectando a más de 15 mil pasajeros que enfrentaron largas horas de espera, incertidumbre y hacinamiento en las terminales.
La tormenta que rompió récords
El Servicio Meteorológico Nacional reportó una precipitación que alcanzó los 81 milímetros en pocas horas, cifra que superó el umbral para activar la alerta púrpura en la capital, el máximo nivel del protocolo de lluvias intensas. Inicialmente, los datos habían registrado 75 mm, pero la actualización confirmó que se trató de uno de los aguaceros más fuertes de la temporada.
Las consecuencias fueron inmediatas: encharcamientos masivos en pistas, calles de rodaje y zonas de embarque; visibilidad reducida casi a cero; y filtraciones de agua en áreas internas como las bandas de equipaje, donde videos difundidos en redes sociales mostraron maletas flotando y personal intentando contener el agua.
La autoridad aeronáutica tomó la decisión de cerrar todas las operaciones de aterrizaje y despegue a las 20:53 horas del domingo.
Durante más de cuatro horas, brigadas de mantenimiento del AICM, junto con Protección Civil y personal especializado, desplegaron equipos vactor y motobombas para desalojar el agua acumulada.
Se trabajó sin descanso en las pistas 05 izquierda-23 derecha y 05 derecha-23 izquierda, así como en plataformas y vialidades perimetrales.
Pese a que parte de la infraestructura del aeropuerto había recibido trabajos de mantenimiento en 2024 e inicios de 2025, el sistema de drenaje pluvial colapsó en varios puntos críticos, lo que intensificó los problemas.
La madrugada del lunes, la escena en el AICM era caótica: filas interminables frente a mostradores de aerolíneas, andenes de salida saturados y decenas de pasajeros durmiendo en el piso o sobre sus maletas.
Algunos esperaban reprogramaciones para el mismo día, mientras que otros fueron enviados a vuelos con conexión en ciudades como Monterrey, Guadalajara o Cancún, dependiendo de la disponibilidad.
En total, 14 mil 892 pasajeros se vieron afectados directamente, aunque la cifra de personas impactadas de forma indirecta —familiares y conexiones posteriores— es considerablemente mayor.
Las operaciones comenzaron a restablecerse a las 00:05 horas del lunes en la pista 05 izquierda-23 derecha, mientras que la pista 05 derecha-23 izquierda volvió a operar hasta las 06:00 horas.
Sin embargo, el rezago acumulado provocó retrasos en cascada durante todo el día, con vuelos despegando y aterrizando fuera de su horario programado.
Aun después de la reapertura, algunos vuelos fueron desviados a aeropuertos alternos como Toluca, Querétaro y Puebla para evitar congestionar más las operaciones en la capital.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad del AICM ante fenómenos climáticos extremos. A pesar de los trabajos de mantenimiento recientes, la capacidad del drenaje pluvial sigue siendo insuficiente para responder a lluvias con intensidad récord, un problema que se agrava por el desgaste estructural de un aeropuerto que opera muy por encima de su capacidad de diseño.