En las plataformas marítimas de Pemex, los llamados "piratas" han robado una amplia gama de equipos, desde botas de bombero y bombas hidráulicas hasta complejos sistemas de seguridad con monitores y luminaria industrial.
Estos hurtos han sido documentados por trabajadores de Pemex en diversos informes internos.
Según los testimonios de los empleados, los atracos se han intensificado entre 2016 y 2024, y han evolucionado en su modalidad.
En los primeros años, los robos ocurrían principalmente de noche, pero con el tiempo los delincuentes comenzaron a operar incluso a plena luz del día.La mayoría de los robos se enfocan en objetos reutilizables o revendibles, como bombas hidráulicas, que pueden emplearse en instalaciones domésticas o comerciales.
Los trabajadores aseguran que los delincuentes suelen provenir de comunidades cercanas a las zonas de operación.
Los empleados de Pemex aclaran que ellos están sujetos a revisiones rigurosas al entrar y salir de las plataformas, lo que limita la posibilidad de que sean responsables de estos hurtos.
Además, han descrito detalladamente el modus operandi de los piratas en los documentos internos.
Aunque algunos robos representan pérdidas menores —como cables, puertas o piezas de metal que terminan en depósitos de chatarra o vendidos en redes sociales—, hay otros que han generado afectaciones económicas significativas para la empresa del Estado.
En septiembre de 2024, por ejemplo, el robo de cables eléctricos en la plataforma Balam-TD Satélite en Campeche ascendió a más de 9.4 millones de pesos. Y en 2017, un caso de sabotaje en ductos con segueta dejó fuera de operación una línea clave desde 2015.
El robo más costoso en los últimos años ocurrió en 2018 en la plataforma Akal-N MOD de Cantarell, donde se dañaron sistemas de seguridad crítica como detectores de gas y fuego, tableros de control y sistemas contra incendios.
Las pérdidas sumaron 132 millones de pesos.Los ladrones no solo sustraen equipos grandes; también se llevan objetos menores como herramientas de trabajo (llaves, brocas, multímetros), así como equipo de seguridad personal: chalecos salvavidas, trajes de bombero, cascos, guantes aluminizados y más.
Pemex ha documentado año con año las afectaciones, que incluyen vandalismo a helipuertos, robo de luminarias, paneles solares, bombas, equipos de respiración y transmisores de sensores de pozo.
Cada incidente representa un golpe a la operatividad y seguridad de las plataformas.
La continuidad de estos robos ha puesto en evidencia la falta de un sistema de vigilancia eficaz y ha generado preocupación por la vulnerabilidad de las instalaciones estratégicas del país.
A pesar de los registros, los atracos persisten y parecen cada vez más organizados.
En total, los daños acumulados por estos atracos han sido millonarios. Mientras algunos robos apenas superan los cientos de pesos, otros han generado pérdidas multimillonarias que afectan directamente la eficiencia y funcionamiento de la industria petrolera nacional.