El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la "mancha que se lleva" de su gobierno será el fraude por cerca de 9 mil 500 millones de pesos que se cometió a Segalmex.
En conferencia de este jueves, el Jefe del Ejecutivo aseguró que este caso de corrupción se dio tanto por descuido como "por mala suerte".
Destacó que los presuntos responsables del fraude están en la cárcel y el dinero ha sido recuperado, porque no hay impunidad para nadie.
"Una de las cosas que más lamento fue el fraude en Segalmex, porque era una nueva dependencia para apoyar a los productores del campo, muy parecida a Conasupo de los viejos tiempos; desde luego, buscando que no siguiera esos pasos de corrupción de Conasupo, pero con el propósito de ayudar a los productores.
"Creamos esta dependencia, Segalmex, y por descuido, mala suerte, se corrompen funcionarios, y lo lamenté mucho. Claro, están en la cárcel los responsables y no hay impunidad para nadie. Yo diría que esa es la mancha que me llevo, aun cuando enfrentamos esa corrupción sin tolerancia de ningún tipo".
El presidente López Obrador afirmó que el fraude en Segalmex es "un caso aislado" y que puede sacar su pañuelo blanco como símbolo de que ya no hay corrupción, como ocurría en sexenios pasados.
El Titular del Ejecutivo federal adelantó que antes de que finalice su sexenio Roberto Salcedo Aquino, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), acudirá a la conferencia matutina a explicar este caso de corrupción.
"Pero es un caso aislado, no hay nada, nada que haya significado como era antes, un acto de corrupción más", dijo.
"He padecido pocas traiciones"
En este sentido, el presidente López Obrador afirmó que en su gobierno padeció un "poco de traiciones", pero no han tenido efectos nocivos.
"Yo creo que he padecido poco de traiciones o las traiciones que hemos enfrentado no han tenido efectos nocivos. Hemos logrado revertir el daño de esas traiciones".
Afirmó que en la política y en procesos de transformación siempre se tienen que enfrentar a quienes se olvidan de los principios, personas que calificó como "oportunistas, convencieros" y a quienes sólo los mueve la ambición al poder y al dinero".
"No se vive en una sociedad perfecta; más cuando durante 36 años impusieron un modelo que tenía como objetivo principal lo material, triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole".