El secretario del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro acusó que el caso del obispo emérito de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel, se trata de una "persecución política" que ha generado una "fábrica de miles de bots" para atacar a la iglesia en México.
Además, Castro Castro señaló desde la Catedral de Cuernavaca que lo sucedido con el obispo ha sido empleado como un "instrumento político" por "ya saben quien".
"Esta situación ha sido tomada como un instrumento político. Miles de bots, personas interesadas en dañar la autoridad moral de la iglesia, han visto la oportunidad, miles, es una fábrica de bots de ´ya saben quien´, está atacando la iglesia", declaró el secretario.
Aunado a estas declaraciones, Castro indicó que se trata de un movimiento para "darle con todo a la iglesia", a fin de que esta pierda su "autoridad moral" en plena temporada de elecciones.
Por otro lado, compartió la declaración del fiscal general de Morelos, Uriel Carmona, quien aseveró que hay elementos indicativos de que Salvador Rangel sufrió un secuestro exprés, mientras le dijo a los asistentes a la misa que no hay pruebas para respaldar las presuntas acciones de obispo durante el fin de semana pasado.
"No ha sido capaz de poder defenderse y decir exactamente qué pasó", añadió, asegurando que el obispo Rangel fue inyectado con una droga.
"Hacemos un llamado a todas las autoridades y a los medios de comunicación a conducirse con objetividad y con respeto. Cualquier persona humana merece respeto y les pedimos a quienes tienen que hacer su labor de investigación que lo hagan con profesionalismo, apegado a la ley y a la ética", declaró.
Cabe recordar que el obispo Salvador Rangel fue reportado como desaparecido el pasado 27 de abril y reapareció el lunes, 29 en el Hospital General José G. Parres, en Cuernavaca.
Los primeros reportes señalaban que se trataba de un secuestro exprés, sin embargo, el comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros confirmó que no hay indicios que reporten esta versión.
Además, el secretario de gobierno que se desempeña como gobernador de Morelos, Samuel Sotelo Salgado también cuestionó lo del secuestro, revelando que el obispo fue visto por última vez en una pizzería en la entidad de Emiliano Zapata, donde se reunió con un trabajador de este negocio.
De acuerdo con los reportes, el obispo entró voluntariamente al hotel con otro hombre, quien después se retiró del lugar.