X, la red social conocida antes como Twitter, actualizó su política de privacidad para habilitar el uso del contenido publicado por sus usuarios para entrenar a sus modelos de inteligencia artificial. «Podemos usar la información que recopilamos y la información pública disponible», dice en su web la compañía, propiedad de Elon Musk.
Esta semana también se conoció que Twitter modificó su política de privacidad para avisar que a partir del 29 de septiembre podría registrar datos biométricos de sus usuarios. La plataforma también dijo que recabará información sobre el historial laboral y académico. Pero esta información, aclaró Musk, no se empleará para alimentar sus modelos de inteligencia artificial.
«Solo datos públicos, no mensajes directos ni nada privado», publicó el magnate en su perfil de la red social. Twitter explica, en el apartado que menciona al entrenamiento de inteligencia artificial, que suele utilizar la información que recolecta para «mejorar y personalizar». Y, de esta forma, garantizar «una mejor experiencia».
Musk amenazó en abril a Microsoft por supuestamente aprovechar «ilegalmente» los datos de Twitter para, precisamente, desarrollar sus sistemas de inteligencia artificial. En julio pasado, la compañía formalizó una demanda, pero contra cuatro entidades desconocidas, por la extracción de información de la plataforma. Ante un tribunal en Texas, X Corp, la empresa matriz de Twitter, solicitó una indemnización por más de 1 millón de dólares por daños y perjuicios.
Twitter y la empresa de inteligencia artificial de Musk
Musk ya había declarado sus intenciones, antes del cambio de la política de privacidad y antes de acusar a terceros de hacerlo. «Obviamente», dijo en marzo, en respuesta a un usuario de Twitter que había sugerido el uso de la información de Twitter para entrenar modelos de inteligencia artificial.
El multimillonario lanzó en julio pasado una empresa centrada en el desarrollo de inteligencia artificial. La bautizó como xAI y dijo que su objetivo es «comprender la verdadera naturaleza del universo». En su página web, la nueva compañía señala que «trabajará estrechamente con X (Twitter), Tesla y otras empresas para avanzar en nuestra misión».
Musk, paradójicamente, había firmado e impulsado a finales de marzo una carta en la que pedía una «pausa» en los avances de la inteligencia artificial. Junto con más de mil expertos, advirtió sobre el peligro de estos desarrollos y exigió medidas de seguridad.
Musk ya había participado antes en la creación de otra empresa de inteligencia artificial: OpenAI, la desarrolladora de ChatGPT, en 2015. Sin embargo, se retiró luego de la iniciativa por diferencias con el resto de los líderes del proyecto. «Yo soy la razón por la que OpenAI existe», se quejó Musk en una entrevista en mayo. «Fui un completo idiota», reconoció, por haberse alejado del mismo.