Windows 11 es la columna vertebral de los esfuerzos de Microsoft para iniciar la era de los PC de inteligencia artificial, o AI PC. Sin embargo, la corporación de Redmond tiene al enemigo en su propia casa, puesto que el uso de Windows 10 ha vuelto a crecer. Y todo apunta a que ese incremento lo ha conseguido robándole usuarios a su sucesor.
Según reporta Statcounter, Windows 10 alcanzó en abril una cuota de mercado global del 70,03 %. Es decir, un aumento de 0,96 puntos porcentuales en comparación con marzo, donde había obtenido el 69,07 %.
Por el lado de Windows 11, el mes pasado acaparó el 25,65 % del marketshare mundial de ordenadores con sistemas operativos de Microsoft. Esto fue una caída de 1,03 puntos porcentuales con respecto a marzo, donde había registrado el 26,68 %.
Estos números dejan entrever que Windows 10 pudo haber recibido a la mayoría de los usuarios que decidieron abandonar Windows 11 de un mes a otro. Es un caso llamativo, sin dudas, pero que no sorprende del todo.
Tengamos en cuenta que la versión más reciente del software desarrollado en Redmond sigue sin despertar pasiones entre los usuarios. Ni siquiera el arsenal de herramientas de inteligencia artificial potenciadas por Copilot ha logrado que Windows 11 se vuelva una opción atractiva para actualizarse desde Windows 10.
Windows 10 vuelve a superar el 70 % de cuota de mercado global
La última vez que Windows 10 había superado el 70 % de la cuota de mercado global había sido en septiembre de 2023. Por entonces, había registrado un 71,62 %. Desde octubre en adelante, en tanto, se comenzó a observar una gradual caída en el share, que tuvo su punto más bajo en enero de este año con el 66,47 %.
En paralelo, Windows 11 había empezado a mostrar signos de creciente interés. Después de varios meses estancada en un 23 %, su cuota de mercado creció de forma paulatina hasta lograr un máximo histórico del 28,16 % en febrero de 2024. Pero la euforia duró poco. En marzo y abril, el uso del SO volvió a caer y coincidió con el repunte de Windows 10.
El caso de estar generando sentimientos contradictorios a Microsoft. Por un lado, el beneplácito de que un producto con casi 9 años de antigüedad mantenga una cuota de mercado tan alta y una base de usuarios tan leal. Por el otro, la desazón de saber que sus agresivas estrategias para incitar al público a actualizarse a Windows 11 no están funcionando.
Windows 10 tiene muchas virtudes. Ha demostrado ser una plataforma sólida y con un nivel de refinamiento muy importante, y eso está fuera de discusión. Y es evidente que la falta de interés por Windows 11 reside en las falencias propias del software y en los desaciertos de Microsoft.
Windows 11 aún no es una opción atractiva
El culebrón de los requisitos de hardware de Windows 11 sin dudas afectó negativamente su nivel de adopción tras su lanzamiento. Pero en tiempos más recientes, Microsoft ha tomado decisiones incomprensibles que también han impactado en los usuarios. Entre ellas, la discontinuación del soporte para apps de Android, una característica que nunca explotó todo su potencial, la introducción de anuncios en el menú de Inicio y el hostigamiento permanente a los usuarios de Windows 10 para que actualicen sus PC.
Si el público prefiere mantenerse en un sistema operativo con casi una década de antigüedad, y a un paso de quedarse sin soporte, es porque la supuesta mejor opción no es tan beneficiosa como se quiere hacer creer.
Windows 11 prepara una gran actualización con novedades muy interesantes impulsadas por la inteligencia artificial. El rumoreado AI Explorer es, sin dudas, muy atractivo. Pero si en verdad estará limitado a ordenadores con hardware ARM, es improbable que cambie drásticamente la cuota de mercado del software en el corto plazo. Ya veremos cómo sigue esta historia, pero, al menos por ahora, Windows 10 sigue siendo el rey.