El principal motor de difusión en México y en el mundo es la red sociodigital de mensajería instantánea WhatsApp, ya que esta permite la comunicación con otras personas y adquirir información de manera casi inmediata.
Sin embargo, la fuga más importante de información en países como México, también ocurre a través de esta misma plataforma, según destaca un estudio realizado por Luis Ángel Hurtado Razo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre 2021 y 2022.
Hurtado Razo, quien es docente de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón también encontró que WhatsApp crea una adicción en el 42.8 por ciento de sus usuarios, mientras que al 53.3 por ciento le produce felicidad, y al 17.8 por ciento ansiedad.
El especialista señaló que si bien se trata de un instrumento esencial en la comunicación de nuestros días, tanto para el trabajo como para la educación, el entretenimiento y los negocios, quizá uno de los aspectos a reclamar a la red sociodigital sería la privacidad de los usuarios.
A través de esta aplicación, que de acuerdo con información del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) actualmente es la segunda más usada en el territorio mexicano -sólo detrás de Facebook-, diariamente se comparten millones de documentos, conversaciones e incluso contenidos de otras redes como Instagram, YouTube, Twitter y TikTok.
El estudio, realizado por el académico se hizo con una muestra de mil 253 personas de todos los estados de la república, de las cuales el 96 por ciento tiene acceso a internet y utilizan WhatsApp entre seis y ocho horas al día.
Este último dato también es relevante, ya que de acuerdo con Hurtado Razo, quien además de director general de la consultora Comunicación Política Aplicada, fue debido a la pandemia del Covid-19 que muchos mexicanos pasaron de usar esta herramienta de dos a tres horas diarias en 2020 a más de seis en 2021.
Destacó que quienes más emplean esta red social son las mujeres (66.67 por ciento), a pesar de que en un estudio similar, realizado hace dos años, el porcentaje era de 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres.
El investigador explica que debido a la coyuntura de la emergencia sanitaria y a las actividades del sector femenino (familiares, educativas y laborales), aumentó la necesidad de esta herramienta entre ellas.
Actualmente el promedio de edad de los usuarios de WhatsApp en el país es de 31 a 40 años, cifra que en 2020 se ubicaba más cerca del rango de los 21 a los 30 años.
Por lo anterior, el especialista llamó a tener especial cuidado con la información sensible que se comparte a través de estas plataformas, para evitar la fuga de datos que ponga en riesgo la seguridad de las personas.
El estudio también establece que, a dos años del inicio de la pandemia, muchos usuarios de Whatsapp dejaron de creer lo que les compartían por esa vía, debido al creciente fenómeno de las fake news.
Aún así, el académico destacó que fue a través de WhatsApp donde muchos usuarios recibieron información falsa relacionada con las vacunas, la cual les llevó a no protegerse contra el Covid-19.
Por su parte, Rubén Darío Vázquez señaló que es importante recordar que Whatsapp pertenece a Meta, un conglomerado estadounidense de tecnología y redes sociales, y una de las empresas más grandes en su tipo en el mundo, cuyos servicios van orientados, precisamente, a la construcción de una serie de plataformas interconectadas con miras hacia el metaverso.
También advirtió que a la aplicación no le interesan las conversaciones que generan sus usuarios, sino los hábitos de navegación que manejan los mismos, así como la geolocalización y los datos sobre sus compras electrónicas, ya que todo ello sirve para crear perfiles mercadológicos.
Planteó que si bien estas tecnologías son muy benéficas, los usuarios debemos tener cuidado con el manejo de nuestros datos y lo más importante: saber que son el pago por usar las redes sociales.
por Diego Torija