El acuerdo estructuraría la fusión como una spinoff libre de impuestos del área de negocio Flash de Western Digital, que se fusionaría con Kioxia. Los accionistas actuales de Western Digital se quedarían en total con un poco más del 50% de las acciones de la entidad fusionada resultante.
Los encargados de dirigir la empresa resultado de la fusión serían los directivos de Kioxia. Estos se encargarían de todas las operaciones cotidianas de la empresa. Pero los directivos de Western Digital también estarán implicados en ellas. Al parecer, la financiación necesaria para afrontar la operación ya está asegurada.
Ambos fabricantes de chips tendrían representación en la junta directiva de la nueva empresa, que tendría su sede principal en Japón. En principio, la nueva entidad fusionada cotizaría en bolsa en el índice Nasdaq, pero con el tiempo cotizaría en la Bolsa de Tokio. Bain Capital, que respalda a Kioxia, recibiría un dividendo especial.
Eso sí, a pesar de que ha trascendido que el acuerdo ya está en su etapa final, todavía no es definitivo, y podría romperse aunque solo falten unos días para su firma definitiva. Por ahora, ni desde Western Digital ni desde Kioxia han querido hacer declaraciones al respecto.
Ambas empresas, que ya tienen una empresa conjunta dedicada a la fabricación de chips de memoria flash, llevan colaborando desde hace años, y unir fuerzas les ayudaría a reducir la distancia que les separa del principal fabricante de chips, Samsung Electronics. Ya habían explorado la posibilidad de unirse en 2021, y retomaron las negociaciones el año pasado, después de que Western Digital anunciase una revisión de las alternativas estratégicas que podía utilizar.
Las acciones de Western Digital, que el año pasado habían caído más de un 14%, subieron un 6,5% el viernes a primera hora de la mañana, y hacia las dos de la tarde mejoraban un 2,7% en la Bolsa de Nueva York, lo que da a la compañía un valor de mercado s unos 13.000 millones de dólares.