Según una información de Reuters, la multinacional asiática habría sido sensible al lobby que desde hace meses se está impulsando desde Bruselas, y estaría considerando la candidatura de algunos países del este de Europa para poner en marcha una nueva fábrica.
La noticia resulta sin lugar a dudas un tanto sorpresiva, ya que mientras que es cierto que se encuentra en pleno proceso de construcción de una ambiciosa fábrica de semiconductores (se estima una inversión de 12.000 millones) en Arizona, hasta ahora la compañía no había expresado de ninguna forma su intención de invertir en el viejo continente.
Una visita sin embargo de Kung Ming-hsin, que dirige el Consejo Nacional de Desarrollo de Taiwán, a Eslovaquia, la República Checa y Lituania el pasado mes de octubre, podría haber despertado cierto interés en la empresa, que de hecho, ya se ha comprometido a crear un grupo de trabajo con los tres países, y estudiar así como cooperar en materia de desarrollo de chips.
Por otro lado, Taiwán ha querido expresar su gratitud a los tres países por sus donaciones de vacunas Covid-19, y también, por el apoyo de Lituania y la República Checa cuando Taiwán se enfrentaba a la creciente presión política de China.
Ni la UE ni sus Estados miembros tienen lazos diplomáticos formales con Taiwán, país reclamado por China y gobernado democráticamente, pero Taipei ha tratado de reforzar sus relaciones con el bloque subrayando sus valores comunes de libertad y democracia.